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Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

Otro fuego en Oriente Próximo: las claves de la ofensiva rebelde en Siria

La operación de los rebeldes coincidió con la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el movimiento proiraní Hezbolá, después de dos meses de guerra abierta

Actualizada 04:30

Los combatientes antigubernamentales inspeccionan un tanque abandonado por los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en la ciudad de Tal Rifaat, en el norte de Siria

Los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en la ciudad de Tal Rifaat, norte de SiriaAFP

En Siria, los insurgentes avanzan hacia la ciudad de Hama, tras tomar Alepo en tres días. Mientras tanto, las fuerzas gubernamentales, apoyadas por la aviación rusa, han matado ya al menos a siete personas en la población de Idlib, bastión de los grupos rebeldes.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, volvió a asegurar que con la ayuda de sus aliados vencerá por la fuerza, mientras la ofensiva de los insurgentes ha provocado de nuevo miles de desplazados. Las tropas regulares de Siria se retiran de Alepo.

La guerra de Siria se enciende nuevamente y se recrudece ante el avance de fuerzas rebeldes. Estamos ante la mayor ofensiva contra el Gobierno de Bashar al Assad en los últimos años.

El Ejército de Al Assad reconoció que los rebeldes habían tomado amplias zonas de la ciudad de Alepo, la segunda urbe más grande del país, pero ha prometido lanzar cuanto antes una contraofensiva. Promete usar toda la fuerza contra la nueva rebelión. Rusia, por su parte, juega un papel fundamental, un rol que ya había sido crucial en su apoyo a Al Assad en el pasado. Desde las últimas horas ha comenzado una serie de ataques aéreos, desde horas tempranas del domingo 1 de diciembre. Aviones sirios y rusos atacan a los rebeldes a medida que avanzan hacia el sur.

Los ataques rusos han impactado en las ciudades de Idlib y Hama y en sus zonas rurales, donde grupos de insurgentes yihadistas que lideran la ofensiva rebelde habían tomado el control. Una ofensiva que desde el miércoles se ha cobrado la vida de 372 personas entre combatientes y más de 45 civiles. Es la primera vez que los rebeldes que luchan contra las tropas gubernamentales de Bashar al Assad entran en Alepo, desde que fueron expulsados por el Ejército sirio en 2016.

Recordemos que Alepo es la ciudad más grande de Siria y entre 2012 y 2016 sufrió una larga contienda en la que se enfrentaron las fuerza sirias apoyadas por Hezbolá, militantes chiíes y fuerzas rusas sin insignia, contra distintos grupos rebeldes e islamistas desde el Ejército Libre de Siria, el Frente Islámico, al Ejército de la Conquista o al antiguo Frente Al Nusra (franquicia de Al-Qaeda). Los sirios también fueron apoyados por milicias kurdas que combaten a Turquía.

En el largo conflicto sirio, la ofensiva contra la ciudad de Alepo se inició el 19 de julio de 2012, una batalla que se sostuvo, en paralelo, junto a otras ofensivas rebeldes contra Damasco y las fronteras sirias.

En Alepo, los distintos grupos rebeldes tomaron el control de la ciudad, a lo que el Gobierno respondió con distintas ofensivas que se materializaron en avances y contraataques, hasta que en 2014 el régimen sirio inició el cerco de la ciudad y una guerra de desgaste que logró en 2016 cortar las rutas de suministro y sitiar la ciudad.

En julio de 2016, el Gobierno había recuperado gran parte de la ciudad y se estimaba que en la zona gubernamental vivían cerca de un millón y medio de personas. En Alepo oriental, la zona controlada por los rebeldes yihadistas, habitaban unas trescientas mil personas.

Tanto el bando rebelde como el gubernamental fueron acusados de ataques mortales contra civiles, infraestructura civil, hospitales, escuelas o equipos de rescate. A finales de septiembre de 2016, Rusia y Siria lanzaron un gran bombardeo sobre la ciudad «que no tenía precedentes en los cinco años anteriores de guerra».

Más tarde, en octubre del mismo año, Rusia y Siria abrieron corredores para permitir escapar a la población civil y como respuesta las fuerzas rebeldes comenzaron el bombardeo de estas áreas, impidiendo la huida de los civiles.

En agosto de 2016, la situación rebelde se volvió dramática en el interior de la ciudad al verse cercados y atacados por bombardeos continuos. Los rebeldes organizan una gran ofensiva desde el sur de la ciudad, rompiendo el cerco y dando la vuelta a la situación. Pero a partir de septiembre con una importante ayuda estratégica de Rusia, las fuerzas sirias de Al Assad comenzaron una ofensiva intensa y constante que concluyó el 21 de diciembre, cuando entraron en el último bastión de los rebeldes, en Al-Zebdiyah. En este punto se anunció el control total de Alepo tras cuatro años de lucha. Este momento, fue un punto de inflexión en la guerra de Siria a favor del Gobierno de Al Assad.

Hoy como entonces, fuerzas de la Federación Rusa están apoyando al Gobierno sirio contra la insurgencia. Aviones de combate rusos y sirios realizan ataques aéreos contra la segunda ciudad de Siria después de que las fuerzas rebeldes apoyadas por Turquía conquisten más de la mitad de ella.

Hasta el momento, el gobernador de la provincia y las tropas sirias se retiraron del centro de la ciudad, y han huido a la zona de Al Safira, al este de Alepo, desde que el 27 de noviembre se inició la ofensiva de los yihadistas. La operación coincidió con la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el movimiento proiraní libanés Hezbolá después de dos meses de guerra abierta.

Las brasas en Siria no estaban del todo apagadas y se han reavivado. Otro fuego se enciende en Oriente Próximo.

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