Le Pen califica de «positiva» su primera reunión con Bayrou pero exige resultados concretos
Marine Le Pen, dirigente de Agrupación Nacional (RN), mostró cierto optimismo tras su primera reunión con el nuevo primer ministro francés, François Bayrou. Aunque calificó el «método» propuesto por el jefe de Gobierno como «más positivo» que el de su predecesor, Michel Barnier, advirtió que solo el tiempo y los resultados determinarán su utilidad.
«El método parece más positivo, ahora hay que esperar a que sea útil», declaró Le Pen tras la reunión en el Palacio de Matignon. Este acercamiento se produce en un contexto marcado por la moción de censura que destituyó a Barnier el pasado 4 de diciembre, un movimiento en el que el RN se alió estratégicamente con la izquierda para frenar unos Presupuestos que consideraban perjudiciales para los ciudadanos.
Le Pen insistió en los temas clave de su partido: control de la inmigración, mejora del poder adquisitivo, soluciones a la «grave crisis de seguridad» y, sobre todo, la reforma del sistema electoral hacia un modelo proporcional. Este cambio, según Le Pen, reflejaría de manera más justa los 11 millones de votos que obtuvo el RN en las legislativas, resultado que se tradujo en apenas 123 diputados frente a los 193 logrados por la coalición de izquierda, con menos apoyo popular.
«Sabemos que Bayrou es favorable al sistema proporcional. Es un tema que debe estar sobre la mesa tras la aprobación de los Presupuestos», señaló Le Pen, enfatizando que esta reforma es una prioridad para su partido.
Un gobierno en busca de equilibrio
Bayrou, designado por el presidente Emmanuel Macron para liderar el nuevo Ejecutivo, enfrenta un escenario complicado: garantizar el apoyo, o al menos la abstención, de una Asamblea Nacional fragmentada. La crisis política derivada del rechazo a los Presupuestos de 2025 ha dejado en el aire medidas clave para reducir el déficit (6,1 % del PIB en 2024) y la deuda pública (112 % del PIB), elementos fundamentales para restaurar la confianza internacional tras la reciente degradación de la calificación de la deuda soberana por Moody's.
Mientras Le Pen y su partido parecen dispuestos a mantener una postura crítica pero abierta al diálogo, otros actores políticos como La Francia Insumisa, el principal bloque de izquierda, han decidido boicotear, al menos por ahora, las negociaciones con Bayrou.
El desafío del nuevo primer ministro no es menor: equilibrar los intereses de partidos con agendas radicalmente opuestas, recomponer la imagen internacional de Francia y garantizar la estabilidad parlamentaria necesaria para aprobar reformas clave.