
Votación a mano alzada en el Parlamento Europeo
Nuevo esperpento en el Parlamento Europeo: enmiendas que se rechazan a mano alzada a pesar de ganar los «síes»
El Parlamento Europeo ha demostrado una vez más tener un funcionamiento bastante mejorable. Durante las votaciones de este pasado jueves, y ante la incredulidad de propios y extraños, en la Eurocámara se volvió a vivir una situación que pone en duda la credibilidad de este ente regulatorio supranacional.
Es habitual que las jornadas de votaciones sean largas y bastante tediosas, ya que se debe decidir sobre decenas y decenas de regulaciones, de ámbitos muy diversos, y cada una de ellas con una infinidad de enmiendas que presentan los grupos parlamentarios europeos. Del mismo modo también es costumbre que haya pequeños errores durante estos procesos, como equivocaciones con el sentido del voto de algunos diputados, máquinas de votación que se averían o interrupciones por parte de los asistentes a los plenos.
Pero quizá uno de los 'errores' más vergonzantes sea el que se ha producido en la tarde de ayer jueves. En la votación de una enmienda propuesta por el grupo europeo ECR, el que lidera Giorgia Meloni, el presidente de la sesión Nicolae Stefanuta ha indicado que la decisión de aprobar o no la propuesta se realizaría a mano alzada.
A simple vista, y con una votación más que ajustada, el presidente ha dado por rechazada esta enmienda. Ante la petición de varios eurodiputados de comprobar los resultados realizando la misma votación, esta vez por vía telemática, el presidente ha zanjado la discusión de manera tajante: «No se comprueba. Está rechazada».La sesión ha continuado sin incidentes hasta que pocos minutos después se ha repetido la escena. Enmienda del ECR, votación a mano alzada, resultado ajustado y el presidente del Parlamento que da la victoria a los 'noes'. Ante las nuevas quejas de los eurodiputados, más vehementes que en la ocasión anterior, Stefanuta ha decidido recurrir a la comprobación telemática, aunque ha pronosticado que «va a ser rechazada».
El resultado ha sido menos ajustado de lo esperado. 293 votos a favor y 249 en contra. Ante los aplausos de la bancada conservadora el presidente ha reconocido su error con un tibio «a veces pasa». Este esperpento en la votación de las regulaciones que comprometen a los Gobiernos de las naciones de la Unión Europea daña un poco más la confianza en un Parlamento supranacional que acumula ya demasiados errores en sus actuaciones.