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Bernardo Graue Toussaint
AnálisisBernardo Graue ToussaintEl Debate en América

El «informe» de los 100 días de Sheinbaum al frente de México deja al descubierto su autoritarismo

Lo visto este domingo fue un espectáculo político partidista, no un informe. Fue el reposicionamiento del viejo PRI en su nueva versión llamada MORENA

Actualizada 04:30

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, habla durante un discurso de los primeros 100 días de su gobierno este domingo

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, habla durante un discurso de los primeros 100 días de su GobiernoEFE

Este domingo pudimos observar muchas «curiosidades» en el costoso espectáculo en el Zócalo de la Ciudad de México, en el marco del «informe» de los primeros 100 días de Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo. Algunas de esas singularidades son cómicas, otras políticamente dramáticas. A fin de cuentas, un retrato más de la locura nacional que hoy se vive en México. Veamos.

Conviene recordar que el PRI (Partido Revolucionario Institucional) gobernó México durante 70 larguísimos años (siete décadas, una barbaridad). Y que Andrés Manuel López Obrador, AMLO, (fundador del actual partido oficial MORENA) fue miembro distinguido del PRI, del que aprendió muchas cosas (entre ellas, su vocación antidemocrática).

Pues este domingo ahí estaban (como en los mejores tiempos del PRI) todos los niveles de Gobierno y del actual partido oficial MORENA (partido hoy plagado de expriistas), para rendir tributo ensordecedor a su primera mujer gobernante en la historia nacional, hecho que han presumido hasta el hartazgo.

Igualmente aparecieron adulando a Claudia Sheinbaum, (como en 1970 durante el Gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez, destacado exponente del priismo brutal) los mismos sindicatos corruptos de antaño (el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación(SNTE); el sindicato de los trabajadores petroleros(SNTPRM) y el de electricistas(SME) por citar solo tres ejemplos) todos perfectamente agrupados con cientos de pancartas de apoyo y amor eterno a la presidente Sheinbaum.

Es claro que 100 días de Gobierno no pueden producir cambios sustantivos en la nación. Este ritual de festejar los primeros 100 días es un absurdo. A pesar de ello, ahí apareció Claudia, una mujer que no ha entendido que la campaña proselitista ya pasó; que ya es la presidente de México y que ahora toca gobernar. Durante estos 100 días, buena parte de su retórica y de su tiempo lo ha dedicado a reiterar la continuidad del «legado» de su adorado mentor Andrés Manuel López Obrador, lo que ha subrayado la sospecha (entre analistas y entidades nacionales e internacionales) de que AMLO sigue —tras bambalinas— con las manos en el timón de ese barco llamado México.

Después de analizar su alocución en esa importante plaza pública mexicana hay varias cosas que han quedado claras:

1. Su Gobierno será la continuidad de los postulados de AMLO, guste o no guste.

2. Seguirá el irresponsable gasto público en la permanencia de los programas sociales de carácter político-clientelar, así como para la manutención de las obras faraónicas o económicamente deficitarias derivadas del Gobierno de AMLO (el Tren Maya; la refinería de Dos Bocas; la aerolínea Mexicana de Aviación; el fracasado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles AIFA, etcétera).

3. Claudia simulará, pero no es creíble (como muchos lo hicieron ingenuamente con AMLO cuando este inició su Gobierno) que «se moderará», siendo que es altamente probable que esta pueda resultar aún más radical que su antecesor, por necesidades de popularidad y porque ella sí proviene de la añeja izquierda mexicana.

4. El discurso antineoliberal fue una constante en la retórica de AMLO y, ahora, Sheinbaum continúa con el mismo argumentario. Sheinbaum Pardo omitió en su discurso de este «informe» el tipo relación que tendrá con los inversionistas y empresarios. Ha anunciado un «Plan México», del cual habrá que esperar a conocer su contenido y sus alcances.

5. Este «informe» no informó. Fue un serial de engaños. El contraste entre los datos económicos de entidades privadas nacionales e internacionales en comparación con el discurso de Sheinbaum es vergonzoso. Ni el escandaloso nivel de deuda, ni las bajas perspectivas de crecimiento son mencionadas. Todo fue maquillaje. Que Sheinbaum anuncie mejoras en materia de seguridad, cuando el promedio diario de homicidios dolosos es de 81 personas cada día, habla de un cinismo atroz. Que presuma el próximo proceso electoral de junio —para que los ciudadanos elijan a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación— es una perla más en ese rosario de la desfachatez presidencial vigente, dado que dicho proceso busca crear un Poder Judicial a modo y al servicio del Poder Ejecutivo.

6. Sheinbaum se niega a reconocer que la relación entre Donald Trump y AMLO fue de mutua y conveniente tolerancia. Hoy, las condiciones en que gobernará Trump son absolutamente diferentes y mejores para quien ocupará la Oficina Oval de la Casa Blanca. Hasta el momento de redactar estas líneas la presidente Claudia Sheinbaum no ha recibido invitación alguna para asistir a la toma de posesión del presidente electo Trump, como sí la han recibido diversos mandatarios de otras naciones (estarán Javier Milei, de Argentina; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, entre otros). Era de esperarse que Trump invitara al presidente de su país vecino y principal socio comercial. Pues no…

Claudia Sheinbaum no cree en las amenazas de Trump en materia de aranceles, inmigración y seguridad (tema fentanilo). Como mencioné en análisis anteriores, de momento Trump ha enseñado el músculo; habrá que esperar a ver si hace uso de esa musculatura en hechos concretos. La pelota no está en el tejado de Sheinbaum, sino en la del hombre que el día 20 será juramentado como presidente de los Estados Unidos.

Lo visto este domingo fue un espectáculo político partidista, no un informe. Fue el reposicionamiento del viejo PRI en su nueva versión llamada MORENA. Fue un vergonzoso culto a la personalidad que solo muestra a un Gobierno autoritario, antidemocrático, cínico, sin contrapesos. Un Gobierno que mucho daño puede producir para el futuro de esa gran nación llamada México.

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