
Un miembro de las fuerzas de seguridad sirias monta guardia en el lugar de un ataque aéreo israelí contra un edificio en Damasco
Sube a 16 la cifra de muertos por explosión en un edificio en la ciudad siria de Latakia
Este incidente se produce tan solo una semana después de que esta urbe sufriera su peor ola de violencia en años, cuando remanentes del régimen del depuesto dictador iniciaron una serie de ataques contra unidades de seguridad de la nueva Administración siria
El número de víctimas mortales por el derrumbe de un edificio por una explosión en la ciudad mediterránea siria de Latakia (oeste) ha subido a 16 personas, entre ellas cinco niños y cinco mujeres, tras la recuperación de varios cadáveres durante la noche, informaron este domingo fuente oficiales sirias.
El derrumbe, en el que otras 18 personas resultaron heridas, se produjo el sábado por una fuerte explosión en su planta baja, provocada por la detonación de material explosivo presuntamente almacenado en el lugar, según el grupo de rescatistas conocido como los Cascos Blancos.
«El número de muertos por la explosión en el barrio Raml (en Latakia) asciende a 16, entre ellos cinco mujeres y cinco niños. Otras 18 personas resultaron heridas, incluidos seis niños», confirmó este martes la Defensa Civil siria, según la agencia de noticias oficial, SANA.
Advirtió de que se trata de un «balance preliminar» de las víctimas, ya que «continúan las operaciones de rescate en búsqueda de las personas atrapadas bajo los escombros».Este incidente se produce tan solo una semana después de que Latakia sufriera su peor ola de violencia en años, cuando remanentes del régimen del depuesto al Asad iniciaron una serie de ataques contra unidades de seguridad de la nueva Administración siria.
Esto causó una respuesta por parte de fuerzas aliadas al nuevo Gobierno sirio, que hicieron «ejecuciones» y «asesinatos a sangre fría» contra civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos –organismo observador del conflicto en Siria desde 2011– que afirmó que casi 1.500 civiles murieron, entre ellos 1.400 de la minoría alauita, rama del chiísmo que profesa la familia Al Asad.
Naciones Unidas, por su parte, indicaron haber identificado 111 asesinatos. Este viernes, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, advirtió que la transición en el país corre peligro, tres meses después de la caída del régimen del dictador, si no se lleva a cabo una investigación de la reciente violencia.
El presidente interino sirio, el islamista Ahmed al-Sharaa, ordenó la creación de un comité independiente que el mes que viene tendrá que presentar los resultados para esclarecer lo ocurrido y llevar a los responsables a la justicia.