Fundado en 1910
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, responde a los periodistas mientras se proyecta en pantalla un retrato del presidente estadounidense Donald Trump

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mientras se proyecta un retrato del presidente estadounidense Donald TrumpAFP

Trump se da de bruces con la realidad tras prometer que acabaría con la guerra en Ucrania en 24 horas

El proceso de negociación es mucho más complejo de lo que al presidente de Estados Unidos le hubiese gustado, ya han pasado más de dos meses desde que volvió a la Casa Blanca y los avances para conseguir la paz en Europa son escasos

La paz en Ucrania está igual de lejos hoy que el 19 de enero de 2025. La promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de acabar con la guerra en el corazón del Viejo Continente en 24 horas era desde el principio una quimera. Sin embargo, el republicano sigue insistiendo en que ese acuerdo de paz está cada vez más cerca, a pesar de que su homólogo ruso, Vladimir Putin, no hace más que darle largas. Incluso las dos treguas —marítima y energética— que el republicano ha conseguido arrancar al ruso hicieron aguas desde el mismo día que se anunciaron a través de dos comunicados diferentes dependiendo de con quién se había pactado, si con Kiev o con Moscú.

El pasado martes, la Casa Blanca difundió dos textos que, en detalle, parecían pactar condiciones totalmente diferentes. Todavía más surrealista fue la versión que, poco después, difundió El Kremlin. Tras más de 12 horas de reunión entre una delegación estadounidense y otra rusa en Riad, Arabia Saudí, Moscú aseguró que estaba dispuesto a garantizar la seguridad de navegación en el mar Negro siempre y cuando Washington levantara la sanciones contra el sector agrícola y permitiera la reconexión de uno de sus principales bancos, el Rosselkhozbank, al sistema Swift.

Una medida que no depende de Estados Unidos, sino de Europa, esa parte del mundo que tanto Trump como Putin han tratado de apartar de las negociaciones y ahora acuden a ella. La Unión Europea (UE), desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, ha prohibido a 23 bancos rusos y cuatro bielorrusos utilizar el sistema internacional de pagos Swift. Bruselas ya adelantó que no levantará las sanciones a Rusia hasta que no retire a sus tropas de Ucrania, tampoco lo hará Reino Unido, fuera de la institución comunitaria, pero en total sintonía con la UE.

El presidente del Consejo Europeo (CE), António Costa, fue claro este jueves, durante la cumbre convocada en París para dar forma a la coalición de voluntarios, al asegurar que «la mejor manera de apoyar a Ucrania es mantenernos coherentes en nuestro objetivo de alcanzar una paz justa y duradera. Esto significa mantener la presión sobre Rusia mediante sanciones».

Las treguas pactadas por Estados Unidos presentan más dudas que certezas. Ni siquiera las partes involucradas se ponen de acuerdo a la hora de decidir cuándo entra en vigor el alto el fuego energético y marítimo. Poco o nada se sabe de quién será el encargado de monitorear el cese de hostilidades o qué mecanismo se activará en caso de que Moscú o Kiev rompan la tregua. Para añadir más presión al país invadido, en vez de al país invasor, Trump habría agregado aún más demandas en el trato que quiere firmar con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, para la explotación de tierras raras ucranianas, según publicó este viernes Bloomberg.

En un borrador del acuerdo enviado a Ucrania, Estados Unidos exige una mayor participación en la riqueza mineral del país europeo, que no solo se limita a los minerales críticos, sino que también incluye el petróleo, el gas, e importantes infraestructuras energéticas ucranianas. Mucho se ha hablado del futuro de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa. El propio Trump llegó a ofrecer al mandatario ucraniano quedarse con las centrales eléctricas y nucleares de Ucrania como «garantía de seguridad».

Además, en el acuerdo también se establece una compensación de más de 100.000 millones de dólares por el apoyo estadounidense recibido durante la Administración de Joe Biden. En este sentido, los ingresos de la explotación de estos recursos irían a un fondo inversión conjunto. Los ingresos, por tanto, se repartirían entre Kiev y Washington, aunque Estados Unidos contaría de facto con el control general del fondo, ya que se asegura el nombramiento de tres de los cinco miembros del Consejo de Administración.

En Kiev este acuerdo no es visto con buenos ojos. Un funcionario ucraniano citado por el diario británico The Times tildó la última propuesta de Trump de «injusta», mientras que un segundo fue aún más crítico y dijo que el acuerdo era «repugnante». La cronología de los hechos, además, constata la dificultad que entraña este proceso de negociación. Desde que Trump rompiera con el consenso internacional y sacara a Putin de su ostracismo el pasado 12 de febrero llamándole directamente, ha pasado más de un mes y tanto en el terreno militar como en el diplomático nada parece haber cambiado.

Zelenski y Trump discuten en el Despacho Oval de la Casa Blanca

Zelenski y Trump discuten en el Despacho Oval de la Casa BlancaAFP

Es más, según un informe hecho público este viernes por el alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, las víctimas civiles en Ucrania en los primeros tres meses del año —coincidiendo con las negociaciones para un alto el fuego—, aumentaron un 30 % con respecto al mismo periodo del año anterior. En este tiempo, el presidente estadounidense, a su vez, parece haber comprado la propaganda del Kremlin, en detrimento de su apoyo a Kiev.

La bronca en el Despacho Oval entre Trump y Zelenski, azuzada por el vicepresidente estadounidense J.D. Vance, pasará a la historia como una mancha negra de la diplomacia norteamericana. Aun así, Kiev y Washington han vuelto a encontrarse en Riad para seguir avanzando hacia un acuerdo de paz que Putin no duda en dilatar. Los siguientes pasos son inciertos. En paralelo, Europa se prepara para coger las riendas de su propia seguridad y desde Francia y Reino Unido han anunciado el envío de una misión a Ucrania para analizar las posibilidades de un despliegue de soldados europeos para supervisar que, efectivamente, Rusia respeta un futuro alto el fuego total.

comentarios
tracking