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AME4635. BUENOS AIRES (ARGENTINA), 02/04/2025.- El presidente de Argentina, Javier Milei, participa en un homenaje a los caídos por la guerra de las Malvinas este miércoles, en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

El presidente de Argentina, Javier Milei, en un homenaje a los caídos por la guerra de las Malvinas este miércoles, en Buenos AiresEFE

Argentina

Milei encaja otro golpe: el Senado rechaza a los dos candidatos que había impuesto en la Corte Suprema

El presidente de Argentina, de visita en Washington, no logra la ratificación de Ariel Lijo y de García Mansilla, los dos magistrados fueron rechazados por la oposición y el partido de Mauricio Macri

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha tenido que encajar un duro revés en el Senado. Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, los dos jueces elegidos por él para integrar la Corte Suprema quedaron rechazados por una amplia mayoría. Aún así, Milei, que aprovechó un vericueto legal para incorporarlos temporalmente, defiende que se queden en sus puestos.

Lijo y Garcia Mansilla no podrán ocupar las butacas prometidas por el jefe del Estado en la más alta instancia judicial de Argentina. La votación en la Cámara Alta fue demoledora para ellos y para el Gobierno. El primero cayó con 27 votos a favor, 43 en contra y una abstención. En el caso de García Mansilla, su designación recibió 20 votos a favor y 51 en contra,.

El rechazo de Lijo, juez federal en activo, tiene su origen en las múltiples sombras de corrupción que le persiguen desde hace décadas. En el de García Mansilla, un académico sin tacha, se explica en la necesidad de enviarle al presidente el mensaje de que estos nombramientos no se pueden hacer decreto y deben ajustarse al pie de la letra de la Constitución.

El episodio incluye otra vertiente poco agradable para Milei: los senadores que responde a su supuesto aliado, el expresidente Mauricio Macri, (PRO) le negaron el voto de confianza a sus candidatos. Esto significa que el pulso o enfrentamiento que mantiene La Libertad Avanza con el Pro (Propuesta Republicana) en las próximas elecciones a la ciudad de Buenos Aires, tiene una dimensión que excede de las fronteras de la capital de Argentina.

En un comunicado, el Ejecutivo, con Javier Milei en Washington negociando con el FMI y con Donald Trump, expresó su malestar al «repudiar la decisión» de la Cámara Alta. «Por primera vez en la historia, –destaca–el Senado de la Nación ha rechazado pliegos propuestos por un Presidente, por motivos meramente políticos y no por cuestiones de idoneidad, lo que evidencia una vez más que la Cámara Alta es el refugio de la casta política en el Congreso de la Nación.»

El voto contrario a Lijo y García Mansilla fue expresado también, como no podía ser de otro modo, por los senadores del frente peronista Unión por la Patria que responden a Cristina Fernández de Kirchner. También la Unión Cívica Radical (UCR), de corte socialdemócrata, votó en contra.

Para rechazar la designación de un juez a la Corte Suprema se necesita el voto negativo de un tercio más uno del total del Senado, es decir, de 25 representantes. En ambos casos, prácticamente, se duplicó con creces.

«El presidente de la Nación continuará trabajando incansablemente para garantizar la independencia judicial y restaurar la confianza del pueblo en las instituciones, utilizando todas las herramientas que la Constitución Nacional y el voto popular han puesto en sus manos», insistió el Gobierno en su comunicado.

La sesión se celebró la madrugada del jueves en España, un año después de que el Gobierno de Milei postulara a Lijo y a García Mansilla, y a poco más de un mes de que el presidente nombrara a ambos por decreto «en comisión» –temporalmente–, saltándose el filtro de la Cámara Alta.

La Constitución argentina establece que los miembros de la Corte Suprema son nombrados por el presidente del Ejecutivo, pero con el acuerdo del Senado.

La Carta Magna, recuerda Efe, también otorga al presidente la facultad para llenar las vacantes de los cargos cuya designación requiere el acuerdo del Senado en caso de que la Cámara Alta se encuentre en receso, por medio de «nombramientos en comisión», que expiran al fin del siguiente período legislativo.

Los miembros de la Corte tomaron juramento el pasado 25 de febrero a García Mansilla, que en principio ejercería el cargo hasta noviembre, mientras que a Lijo le exigieron que renunciara previamente a su cargo como juez federal, extremo que no se ha concretado.

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