
Lugar del bombardeo israelí contra un edificio residencial en el barrio de Shujaiyya, en la Ciudad de Gaza
Israel busca ampliar su zona de seguridad y ya ocupa más de la mitad de Gaza
La campaña militar israelí en la franja de Gaza continúa y los ataques y bombardeos contra el enclave mediterráneo se suceden a diario. Mientras que el mundo está inmerso en la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) avanzan en Gaza y ya ocupan más del 50 % de su territorio. El principal objetivo de las tropas hebreas es ampliar su zona de seguridad para evitar nuevos ataques como el del pasado 7 de octubre de 2023, que desencadenó la actual guerra. Bajo este pretexto, Israel está obligando a los 2,3 millones de palestinos que habitan en Gaza a hacinarse en parcelas cada vez más pequeñas.
El primer ministro de Israel, Benjamin Nentahyahu, ya anunció la semana pasada la creación de un nuevo corredor —bautizado como Morag— en el sur de la Franja para dividir aún más el territorio. «Estamos dividiendo la Franja y estamos aumentando la presión paso a paso para que nos entreguen a nuestros rehenes. Y cuanto menos cedan, más aumentará la presión hasta que lo hagan», advirtió entonces el mandatario, a través de un vídeocomunicado hecho público por su Oficina. Una técnica que denunció este lunes la organización israelí Breaking the silence, en un informe en el que se documentan los testimonios de soldados que estuvieron en estas zonas de amortiguación.
Esta organización, formada por veteranos de las FDI, denuncia que «mediante la destrucción generalizada y deliberada, el Ejército sentó las bases para el futuro control israelí de la zona». Una conclusión que extraen de declaraciones de uniformados hebreos, que también recoge la agencia de noticias Associated Press (AP), y que dan cuenta de la violencia y destrucción sistemática que impera en el seno del Ejército israelí. «Han destruido todo lo que han podido, han disparado a todo lo que parecía funcional... (los palestinos) no tendrán nada para volver, no volverán, nunca», declaró un soldado desplegado con un escuadrón de tanques que vigilaba a los equipos de demolición.
Durante los primeros días de guerra, en octubre de 2023, Israel ya obligó a los palestinos a abandonar las comunidades cercanas a la frontera, donde crearon una zona tampón de aproximadamente un kilómetro de profundidad. Ahora, tras la ruptura del alto el fuego de dos meses y la reanudación de los ataques, el Ejército hebreo ha duplicado el territorio bajo su control hasta adentrarse unos tres kilómetros. El pasado viernes, las FDI anunciaron que se habían adentrado en el barrio de Shujaiya, en Ciudad de Gaza (norte). El Gobierno de Netanyahu ha evitado concretar hasta cuándo pretende mantenerse en la Franja, pero a la luz de las últimas declaraciones de su ministro de Defensa, Israel Katz, parece que la presencia de tropas israelíes responde a las aspiraciones israelíes de anexionarse nuevos territorios.El propio Katz ya amenazó, la semana pasada, con apoderarse de «amplias zonas que serán anexionadas a las zonas de seguridad del Estado de Israel». Unas amenazas que sobre el terreno ya se están convirtiendo en hechos consumados. La situación en la Franja es crítica y las condiciones humanitarias son devastadoras. Israel lleva más de un mes bloqueando la entrada de toda ayuda humanitaria al enclave. Médicos Sin fronteras (MSF) acusó este martes a las autoridades hebreas de estar utilizando «la privación de agua como un arma de guerra contra la población de Gaza».
«Esta nueva oleada de bombardeos ha matado a miles de personas en menos de un mes. Y mientras, las fuerzas israelíes siguen privando de agua a la población de Gaza, mediante el corte de la electricidad y el bloqueo a la entrada de combustible, dos recursos que son necesarios para la infraestructura hídrica, incluidas las bombas de agua», denunciaba Paula Navarro, coordinadora de agua y saneamiento de MSF en Gaza. Además, los últimos ataques israelíes han sido cuanto menos polémicos —uno se ha producido contra una carpa de periodistas y otro contra un grupo de médicos— y han provocado la condena internacional.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, señaló, durante una rueda de prensa convocada este martes, para denunciar la situación en Gaza, que las condiciones impuestas por Israel para permitir la entrada de ayuda humanitaria limitan «cruelmente hasta la última caloría y el último grano de harina». «No vamos a participar en ningún arreglo que no respete los principios humanitarios: humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad», aseveró. Asimismo, aprovechó para pedir «una investigación independiente» sobre las muertes de 15 trabajadores sanitarios por un ataque israelí.