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El Ejército de Israel anunció este miércoles la expansión de su incursión terrestre en el sur del Líbano

Soldados del Ejército de Israel en el sur del LíbanoEjército Israel/EFE

Israel aprueba el alto el fuego de 60 días con Hezbolá en el Líbano

Durante este período, el Ejército israelí se compromete a retirarse progresivamente del sur del Líbano, mientras que la milicia proiraní se replegará hacia el norte

El Gobierno israelí, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, aprobó este martes un alto el fuego de 60 días en el Líbano, tras mantener una reunión del gabinete de seguridad en Tel Aviv, y que deberá entrar en vigor este miércoles a las 10 de la mañana. Así lo ha confirmado el propio Netanyahu que se dirigió a los israelíes, y al mundo, para anunciar el cese de hostilidades en el país vecino, pero ha advertido de que si Hezbolá rompe el acuerdo, «atacaremos de nuevo».

«La duración del alto el fuego dependerá de lo que ocurra en el Líbano y nosotros mantendremos total libertad de movimiento», aseveró el primer ministro israelí. Este último punto ha sido el más espinoso y ha dilatado las conversaciones. Israel ha insistido hasta el último momento en tener la capacidad de atacar el país vecino si considera que existe una amenaza directa. El Líbano, por su parte, se oponía directamente a esa exigencia, ya que consideraba que un acto así socava su soberanía.

Finalmente, los pequeños flecos –pero también los más importantes– se han pulido y Netanyahu ha anunciado que el cuarto objetivo de la guerra, traer devuelta a los desplazados del norte de Israel, se cumplirá pronto. Sin embargo, varios alcaldes y líderes de la localidades norteñas han criticado duramente el pacto con Hezbolá, ya que consideran que la amenaza sigue existiendo y el Ejército israelí no ha conseguido acabar del todo con su presencia en el sur del Líbano. Sin embargo, el mandatario israelí aclaró que es «el momento» adecuado para un alto el fuego por tres razones: centrarse en la amenaza iraní, reorganizar las fuerzas y renovar las municiones y aislar a Hamás.

Así las cosas, el acuerdo contempla un cese de hostilidades de 60 días de duración, que podría transformarse en permanente. Durante este período, las tropas hebreas se comprometen a retirarse progresivamente del sur del Líbano, donde este martes, han llegado hasta el río Litani –unos 30 km de la frontera–, mientras que Hezbolá se replegará hacia el norte, cumpliendo con lo ya acordado en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, establecida tras la guerra de 2006.

Para monitorear la situación, se mantendrá la presencia de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Unifil), que cuenta con un contingente español de más de 600 uniformados, además del despliegue de 5.000 soldados de las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL), que se marcharon tras la invasión terrestre de las tropas hebreas, el pasado 1 de octubre. El pacto, además, establece la creación de un organismo internacional de supervisión, liderado por Estados Unidos –principal aliado de Israel en la región–, pero que también contará con la presencia del Reino Unido, Alemania y Francia.

La presencia del país galo también ha sido motivo de fricción, ya que el Gobierno hebreo se oponía a que formara parte del grupo por las recientes declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre un embargo de armas a Israel. Al finalizar el plazo de 60 días, ambos países han acordado negociar las fronteras, ya que en la actualidad solo existe una línea de demarcación, la conocida como Línea Azul, que separa las dos naciones. Sin embargo, y según las palabras del propio Netanyahu, este alto el fuego no se traslada a la franja de Gaza, donde aseguró que intensificará la presión sobre Hamás. «Se ha quedado solo en el combate y eso ayudará a nuestra misión sagrada de devolver los rehenes a casa», declaró.

Este martes, y mientras que el gabinete de seguridad israelí se disponía a aprobar el alto el fuego en el Líbano, la aviación hebrea lanzó hasta 20 bombardeos contra Beirut, después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieran varias órdenes de evacuación que se extendían, por primera vez, al centro de la capital. El Ministerio de Salud Pública libanés informó de que estos ataques acabaron con la vida de siete personas y dejaron al menos 37 heridos.

Ofensiva que el primer ministro libanés, Najib Mikati, definió como una «histérica agresión». Incluso tras haber anunciado la aprobación del alto el fuego, la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó de nuevos ataques contra varios distritos de la capital, como el barrio de Hamra o Zuqaq al-Blat. Hezbolá, por su parte, lanzó una andanada de cohetes contra el norte y sur del país hebreo. En paralelo, Israel también bombardeó los alrededores de la localidad siria de Homs. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos se trata de una zona habitada mayoritariamente por musulmanes chiíes y por «familias libanesas y de Hezbolá que huyeron de los ataques israelíes en el Líbano».

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