¿Por qué España tiene tanto interés en acabar con los coches de combustión?

En España hay apenas un 3 % de coches eléctricos y unos 12.000 cargadores. Esto último es el motivo de que no se vendan más coches enchufables. El sector reclama una red de 70.000 cargadores públicos en 2023, 120.000 en 2025 y 340.000 en 2030. Ese incremento se traduciría en un cambio del parque móvil y que los coches de combustión empiecen a desaparecer.

Bueno, que un coche de gasolina comprado en 2034, un año antes de que se prohíba su venta, desaparezca, así como así no parece muy normal cuando la media de vida puede estar en 10 años. Dos lustros echando gasolina. Dos lustros contaminando… los planes del Gobierno. De hecho en principio se prevé que no se prohiba su uso hasta 2050.

Alemania e Italia

El caso es que la UE ha aprobado definitivamente que en 2035 se dejen de vender vehículos nuevos con motor de combustión. Ante la presión de Alemania, el primer fabricante y mayor mercado automovilístico de la UE, con el apoyo de Italia o Portugal, la Comisión preparará una propuesta para que a partir de 2035 se puedan matricular aún vehículos que utilicen combustibles sintéticos de cero emisiones contaminantes. Pero nada de gasolina o gasóleo.

España se ha subido muy rápido al carro de la movilidad eléctrica. El boom llegará porque el Gobierno se ha preocupado en atraer inversión, pero falta por saber qué trato se le dará a los vehículos antiguos, algo que será una patata caliente para futuros gobiernos de distinto signo.

Un repaso al futuro eléctrico de España sitúa las grandes fábricas en nuestro país. Las zonas donde históricamente se han fabricado coches térmicos pasan ahora a los eléctricos. Además, llegan las grandes plantas donde se construirán baterías.

Mapa eléctrico

Ford ha elegido Almussafes (Valencia) para fabricar muchos de los vehículos eléctricos que la multinacional estadounidense tenía pendiente de asignar en Europa. España le ha ganado la partida a la localidad alemana de Saarlouis.

Galicia, Zaragoza y Madrid también suponen un punto importante del vehículo eléctrico. En Vigo el Grupo Stellantis (Citröen, Peugeot, Opel, Fiat y Toyota) fabrica coches eléctricos como el exitoso Peugeot e-2008. Mientras que en Villaverde se monta el Citroën ë-C4.

En Martorell (Barcelona), Seat ensamblará coches 100 % eléctricos como el Cupra UrbanRebel, cuyo nombre definitivo será Raval. Este acuerdo evitó el cierre de la planta y permite seguir dando trabajo a casi 12.000 trabajadores.

En cuanto a las baterías, el gran desafío de la industria pasa por España. Mientras se busca cómo hacerlas más duraderas, que se recarguen en menos tiempo o que sean más pequeñas, de las 40 gigafactorías de baterías que competirán con China desde Europa, cuatro estarán en España. De momento ya está confirmada la del Grupo VW en Sagunto, Valencia.

Extremadura, País Vasco y Valencia serán los enclaves, incluso una de ellas será de química avanzada lo que permitirá investigar sobre modelos de mejores prestaciones.

Ayudas del PERTE

Todo este proceso de electrificación llega ligado a un plan de ayudas millonario, el PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado. Si tantas empresas han apostado por España se debe a que el desarrollo de este proyecto prevé una inversión total de más de 24.000 millones de euros en el periodo 2021-2023, con una contribución del sector público de 4.300 millones de euros y una inversión privada de 19.700 millones de euros.

Con todos estos mimbres España pretende revolucionar el sector de la movilidad sostenible antes de 2035 y afrontar mejor el cambio. La venta de vehículos nuevos de combustible irá descendiendo, pero en esa fecha quedarán muchos con una vida útil por explotar que seguirán dando servicio a sus dueños.