Electrificación
Tesla pincha la burbuja del coche eléctrico y anuncia el cierre de varias marcas
Los combustibles sintéticos siembran dudas sobre el futuro 100 % electrificado del automóvil europeo
Recientemente Wayne Griffiths presidente de ANFAC, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles, anunciaba la incertidumbre que acecha al coche eléctrico y reclamaba al Gobierno un apoyo cerrado y decidido al coche eléctrico para acallar cualquier duda sobre su futuro.
En paralelo, el propio Elon Musk lanzaba recientemente un mensaje nada positivo respecto al futuro de los fabricantes de automóviles movidos por batería, poniendo en duda la viabilidad de prácticamente todos los que no cuenten con el respaldo de un grupo automovilístico o de un fabricante de coches con motores de combustión detrás.
La rentabilidad no llega
De hecho el polémico Elon Musk se atrevió a poner fecha a la gran debacle, que podría ocurrir antes de doce meses. El propio presidente de Tesla afirmó que entramos en una fase en la que se reducen los beneficios por la venta de coches eléctricos y aumenta la necesidad de realizar grandes inversiones para evolucionar la tecnología disponible en la actualidad, que no responde a las necesidades de los compradores.
El propio Musk puso nombre y apellidos las únicas firmas norteamericanas que en su opinión serán capaces de superar la actual situación, una de ellas es Tesla y la otra es Ford, el resto correrían riesgo de desaparecer.
Tesla, Ford y poco más
En el caso de la firma del óvalo es la matriz la que soporta unas pérdidas anuales de unos 3.000 millones de euros, pese a que el coche eléctrico tiene un crecimiento interanual del 120 % al comercializar casi 78.000 unidades el año pasado.
Musk citó también a Polestar, la firma eléctrica propiedad de Volvo, sobre la que dijo que subsistirá únicamente mientras su propietaria Geely esté dispuesta a perder dinero, pese a tener un crecimiento anual de un 80 %.
Marcas rentables, pocas
La firma BYD, que acaba de aterrizar en España, constituye otra de las excepciones, pues tras comercializar ya tres millones de unidades en el mundo el pasado ejercicio demuestra tener recorrido por delante, habiendo entrado ya en rentabilidad.
En el lado más negativo de la balanza Elon colocó a las firmas asiáticas Nio y Xpeng, unas marcas que en el último ejercicio han superado los 1.000 millones de euros en pérdidas y aún no tienen un producto definido que les ayude a remontar los actuales resultados.
Mucho peor está la norteamericana Rivian, una firma muy atractiva y seguida por los consumidores y haters de Tesla pero que en el ejercicio pasado ha rozado los 7.000 millones en pérdidas. Caso paralelo al de la norteamericana Lucid Motors.
Según el propio Musk se trata de un movimiento natural del mercado que tiende hacia un reposicionamiento que vendrá determinado por la demanda de automóviles eléctricos, que en algunos lugares como Europa aún no es tan sólida como cabría prever.