Dirección General de Tráfico
Las mejores perlas de Pere Navarro: el justiciero de la DGT
Casi 14 años al frente de la institución le contemplan. Logros y sombras de un ingeniero que deja aciertos como el carnet por puntos y sombras como el récord de recaudación por multas o sus polémicas declaraciones
Azote de los conductores y señor de los radares, Pere Navarro cuenta en su haber con el récord recaudatorio por multas de la DGT, más de 505 millones de euros en 2022, un dato que no le ha servido para hacerse precisamente con el cariño de los conductores españoles ni de muchos otros colectivos.
Bueno, malo o malísimo, según se mire, lo cierto es que los años de Pere Navarro al frente de la DGT no han pasado desapercibidos. Su primer mandato en el organismo rector del tráfico en España tuvo lugar entre los años 2004 y 2012. Entonces fue nombrado personalmente por Rodríguez Zapatero. Fue repescado posteriormente en 2018 por el ministro Grande-Marlaska ya bajo el gobierno de Pedro Sánchez.
El carnet por puntos
Durante su primera etapa se apuntó logros como la implantación del carnet por puntos, aún vigente, y la reducción de la mortalidad en carretera a la mitad.
Pero durante la segunda son más las sombras que los logros, pues la nueva Ley de Tráfico, en vigor desde marzo del año pasado, no ha logrado reducir los fallecidos en carretera, sino que muestran una tendencia ascendente pese a medidas tan polémicas como la eliminación del margen de 20 kilómetros/hora para adelantar.
En su haber cuenta con perlas como su supuesta confesión de que no tiene carnet de conducir, desmentida posteriormente por él mismo en varias ocasiones, y declaraciones que lo han convertido en un verdadero creador de contenidos para los medios, por mucho que lo lamente su departamento de comunicación. Declaraciones muy difíciles de disimular en la vorágine informativa del día a día.
Un creador de contenidos
Durante su primera etapa a frente de la DGT dejó perlas como que «10 radares harían el mismo trabajo que toda la Guardia Civil». Sobre los gallegos dijo que su siniestralidad era un «problema psicológico de los gallegos», sin olvidar que se declaró obsesionado con los conductores que «tienen 45 años, han hecho dinero fácil y comen con un buen Rioja…», sin dejar de atribuir los accidentes a los que se compran coches de «mucha potencia».
En su segunda etapa no ha defraudado a nadie, hace no mucho enfadó a los peatones cuando dijo que sobre ellos recaía la responsabilidad de apercibir a los que circulan en patinete o bicicletas por las aceras. Literalmente apeló a la «presión social» para que si «alguien va con patinete por la acera se le diga que no se puede ir por ahí».
Peatones, camioneros, mayores de 65...
Pero estos no han sido los únicos colectivos afectados por sus palabras. De los camioneros dijo: «Si se me pregunta ahora por una medida para reducir la siniestralidad vial, diría llevar las mercancías de la carretera al ferrocarril», lo que suponía reducir de manera exponencial el número de camiones en carretera.
Tampoco se ha ganado el cariño de los mayores de 65 años las numerosas ocasiones en las que ha aludido a la necesidad de modificar la renovación del carnet de conducir para ellos, intentando que los cinco años de validez actual se transformen en tres e incluso en dos.
Recientemente calificó a las empresas y asociaciones de defensa de los conductores que reclaman las multas como «bananeros, chungos y poco serios», en unas de sus declaraciones menos acertadas que se le recuerdan, pues representan a millones de españoles.
Es difícil encontrar algún colectivo libre de sus palabras, como cuando dudó de que los alumnos de las autoescuelas se presenten lo suficientemente preparados a examen, lo que le valió unas durísimas declaraciones de la CNAE, Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas.
Ni siquiera la Guardia Civil
Incluso la Guardia Civil de Tráfico se ha quejado de que bajo su mandato habían perdido por completo su labor docente hacia los conductores y se habían convertido en meros tramitadores de multas. Además de la evidente falta de material de trabajo y seguridad que llevan esperando desde hace años.
Por último, unas declaraciones que son sorprendentes si tenemos en cuenta el apoyo al coche eléctrico que hace el gobierno socialista. Sobre este tipo de vehículos, dijo en 2019: «Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería, no tenemos dónde enchufarlo y el precio es carísimo».