Práctico
¿Por qué arden los coches híbridos y eléctricos y sus incendios son tan devastadores?
La combustión de un coche híbrido en el garaje de un centro comercial en Madrid ha obligado a desalojarlo. ¿Existe un problema oculto detrás de los coches eléctricos?
Está claro que la transición al coche eléctrico, si es que algún día termina por completarse, no se está haciendo de la manera más popular posible. Europa ha optado hacernos entrar en el universo de la electrificación por el camino de la obligación, no por el convencimiento.
Dejando a un lado si tecnológicamente son mejores o peores y más ecológicos que los coches de combustible, la comparación justa llegará dentro de 100 años, cuando los coches eléctricos tengan un siglo de evolución como los de combustible; la realidad es que la transición se está haciendo rematadamente mal.
Transición caótica
Por un lado se está prohibiendo circular con los coches de combustible, una medida muy impopular, a la vez que se intenta convencer a los compradores de que los carísimos coches eléctricos son la panacea.
Eso sin hacer referencia a la escasísima red eléctrica de recarga en nuestro país. Todo así, el porcentaje de coches 100 % eléctricos en España es del 4 %, testimonial por el momento.
¿De verdad arden solos?
En este contexto hay un ingrediente más en la marmita que va contra la electrificación, los coches eléctricos e híbridos arden sólos... O al menos cada vez que arde uno allí hay una cámara para inmortalizarlo y subirlo a redes sociales.
¿Pero se trata de un episodio tan habitual como parece? Pues la única manera es alejarnos de los lobbies pro y anti eléctricos y analizar las estadísticas en países como Noruega o Suecia, con un 85 % de coches eléctricos e híbridos en sus calles.
La realidad es que en 2022 en Suecia se registraron tan sólo 24 incendios en coches eléctricos, lo que supone un 0,004 % del parque móvil nacional de coches eléctricos e híbridos, frente a un 0,08 % de los coches de combustión que ardieron en ese mismo período.
Las estadísticas dictan sentencia
De acuerdo con este dato el riesgo de incendio en los coches de combustión es muy superior. Pese a ello las razones de los incendios espontáneos en los coches eléctricos siguen siendo una incógnita.
Parece que en determinadas situaciones la carga de la batería se sobreestimula generando una reacción que provoca mucho calor y que acaba por prender la propia batería.
A partir de aquí el festival de productos químicos que hay en la batería hace el resto y se registran explosiones internas que generan una temperatura altísima. El problema real, que no ocurre en los coches de combustión, es que una vez que la batería está ardiendo es casi imposible apagarla.
Para empezar hay que conseguir que deje de arder y luego mantenerla bajo vigilancia entre 24 y 48 horas para comprobar que no se vuelve a incendiar.
25.000 litros de agua
En este caso los bomberos hablan de 25.000 litros de agua para apagar un coche eléctrico, frente a los 5.000 de un coche normal.
A raíz de los incendios en los buques de transporte marítimos Felicity Ace y Fremantle Highway, numerosas navieras han puesto en funcionamiento un protocolo especial para este tipo de cargas, que deben viajar siempre con la batería vacía y jamás deben enchufarse a bordo. El problema es que cuando uno arde el fuego se contagia con mucha facilidad a otros.
Episodios como el de ayer en Madrid, en el que un híbrido ardió en la tercera planta del centro comercial Castellana 200 y que obligó a desalojar el edificio son complicados de explicar, pues normalmente un coche de combustión arde en la calle y cuando está en movimiento, no agazapado en un garaje, lo que hace que los incendios de eléctricos o híbridos sean mucho más peligrosos habitualmente.
Habrá que esperar a que el parque eléctrico aumente para poder decir con claridad si es cierta o no su propensión a las llamas, pero la realidad es que existe un problema de peligrosidad con los coches eléctricos.