Práctico
¿Por qué algunos conductores colocan imanes debajo del coche?
Se trata de una solución casera que recomiendan algunos mecánicos aunque habría que colocarlos en un punto concreto
A día de hoy se trabaja sobre la base de que los motores de combustión pueden llegar a durar entre los 400.000 y los 500.000 kilómetros sin problemas de consideración siempre que el mantenimiento sea el adecuado.
Para ello una de las claves más importantes es la utilización de aceites de calidad y respetar siempre los períodos de mantenimiento fijados por el fabricante para las partes móviles del motor más delicadas, como por ejemplo la correa de distribución.
Mantenimiento perfecto
Hay que tener en cuenta que un motor está formado por miles de piezas metálicas en constante rozamiento, por lo cual el aceite que las lubrica es imprescindible para evitar que con las altas temperaturas se gripe.
Pese a ello es normal que los motores produzcan micro partículas metálicas por el rozamiento que indicábamos; estas partículas quedan flotando en el aceite y su acumulación puede llegar a producir una avería, pues no dejan de ser pedacitos de metal.
Evitar averías
Así, y aunque los automóviles disponen de filtros y de algunas soluciones que lo evitan, algunos conductores optan por colocar pequeños imanes en los bajos del motor para que atraigan estas limaduras metálicas.
En concreto estos pequeños imanes se colocan en la parte exterior del cárter, que es un depósito que está en la parte inferior del motor que recoge todo el aceite del vehículo. De esta manera los imanes atraen estas partículas en suspensión y se quedan fijadas.
Una solución que a día de hoy no tendría mucho sentido porque muchos de las tuercas del cárter disponen de una parte magnética que hace la misma función e incluso algunos filtros de aceite también lo tienen.
Por ello que la solución de colocar un imán solo es necesaria en algún modelo muy concreto de vehículos que ya tienen años de antigüedad o algún problema concreto en el diseño del motor.