Resulta difícil de creer que en esta imagen haya un radar de velocidad
Sanciones
La DGT vuelve a las andadas y esconde un radar en un lugar imposible de descubrir
La incorporación de mini radares ha permitido que los agentes los coloquen en lugares muy poco visibles a la caza de los infractores
Parece que para la DGT cada vez cobra más importancia el juego del gato y del ratón con los conductores en materia de seguridad vial, pues ha optado por volver a esconder radares móviles en lugares realmente complicados de ver para pillar excesos de velocidad.
Pese a que en algunas instrucciones del Cuerpo se habla de no colocar los radares justo al inicio de travesías o en tramos en los que los límites de velocidad son anormalmente bajos, en estas imágenes que corren por internet puede verse cómo los agentes en ocasiones optan por ocultar los equipos en señales de la carretera o detrás de los guardarraíles.
Imposibles de descubrir
En este caso se trata de un radar de la categoría Velolaser, los más pequeños y manejables con los que cuenta la DGT que sólo pesan unos dos kilogramos y que además disponen de varios tipos de soportes para engancharlos en cualquier sitio.
Velolaser tras un guardarraíl
Así, la carretera LE-420 de León ha vuelto a ser objeto de la colocación de uno de estos equipos, en este caso oculto tras un hito kilométrico, lo que lo hace totalmente ilocalizable.
Escondidos sin más
Con este tipo de ubicaciones lo que se logra no es cazar a los infractores realmente graves, sino que sirven para cazar a conductores descuidados que superan por poco los límites de velocidad y que no lo hacen de manera consciente.
El radar está tras esta pequeña señal
Además, tal y como indican miembros de la Guardia Civil, al no parar a los conductores no se ejerce una función didáctica y correctiva, pues los conductores no se enteran de la sanción hasta que la reciben en casa semanas después.
Colocación del radar de velocidad
Este tipo de radares tiene batería y Bluetooth por lo que se comunican a distancia con el coche patrulla, que puede estar alejado. No necesitan ningún tipo de cable, lo que los ha convertido en la estrella de la DGT en materia de multas y sanciones.
Este tipo de técnicas está elevando la recaudación por multas de la DGT cada año, sólo en 2022 ya se superaron los 507 millones de euros, a la espera de los datos de 2023.
