La razón por la que la DGT recomienda no plegar los retrovisores del coche

Hace ya más de 100 años que nacieron los retrovisores de los automóviles, en concreto la primera patente de un dispositivo de este tipo data de 1921. Se trata de un avance clave en materia de seguridad vial, pues permite a los conductores ver lo que ocurre detrás para poder hacer maniobras sencillas como cambiarse de carril con total seguridad.

Nacen los eléctricos

En el año 1990 el Honda Acura fue uno de los primeros vehículos del mercado que estrenó retrovisores eléctricos, en este unos pequeños motores permitían al conductor orientar los espejos sin necesidad de estirar los brazos, toda una proeza.

Poco después, el Mercedes Clase C W140 introducía además los retrovisores plegables electrónicamente, un mecanismo que permitía que el coche ocupara menos espacio cuando estaba aparcado y además protegía estos espejos laterales.

Regulables y abatibles

Este coche incluía también espejo central regulable electrónicamente, una frivolidad que no hemos vuelto a ver en el mercado.

Años después se desaconseja el uso de los sistemas para plegar los retrovisores por un doble motivo, como este sistema hace que el coche ocupe menos espacio cuando está aparcado en batería, puede ocasionar que los coches aparquen mucho más cerca de nuestra carrocería y no nos dejen ni entrar ni salir del vehículo sin marcar las puertas.

Por otro lado, la DGT considera que existe riesgo de que algunos conductores se pongan en movimiento a ciegas sin haber desplegado los retrovisores a causa de las prisas, lo que obviamente supone un riesgo para la seguridad vial.

Recordemos que de acuerdo con el Reglamento General de Circulación es obligatorio disponer de retrovisor izquierdo y central, aunque en caso de que el central esté inutilizado al llevar una furgoneta con la parte trasera cerrada o un remolque debemos disponer de retrovisor derecho de manera obligatoria, de lo contrario no podríamos circular.