El túnel mágico de la M-30: «Entras en Madrid y apareces en Santander»

Corría el año 2003 cuando Alberto Ruiz Gallardón era elegido alcalde de Madrid y una de sus primeras decisiones fue llevar a cabo la obra faraónica de los túneles de la M-30, que suponía la construcción de una de las mayores redes de subterráneos de Europa.

Entre los cuatro hacen un total de 43 kilómetros de longitud, y en muchos casos sirven para soterrar el tráfico de la antigua M-30, cuyo terrenos ahora han sido ocupados por parques y zonas verdes, mientras que los vehículos circulan por el dicho subterráneo.

Obra faraónica

Tal y como saben gran parte de los usuarios, el mayor problema de estos túneles es que en los mismos los teléfonos móviles no disponen de cobertura GPS, lo que a efectos prácticos significa que sabes dónde entras pero no dónde sales, pues los mismos unen prácticamente las cinco autopistas que cruzan la península partiendo desde Madrid.

Tal y como explica esta usuaria de redes sociales en esta publicación que se ha hecho viral, una vez estás dentro y el teléfono pierde cobertura solo te queda seguir «recto, recto», hasta que «ves la luz y sales», «y después a la gasolinera».

Por decirlo de otra manera, mucho más gráfica: el túnel en el que puedes «entrar en Madrid y salir en Santander» dado lo complicado que resulta orientarse en su interior sin la ayuda del navegador del teléfono móvil.

Se trata de una obra que aunque en su día no fue muy bien encajada por los madrileños, pues mantuvo la ciudad «patas arriba» durante tres años, a día de hoy no solo es la red de túneles más larga de Europa, sino que sirve para dar soporte al tráfico de la capital, un verdadero reto según están las cosas en todas las ciudades europeas.

Unas instalaciones por las que pasan cada día más de 1,5 millones de vehículos o lo que es lo mismo, unos 2 millones de personas pasan por ellos cada jornada.