Al volante
¿Por qué un buen conductor nunca aparcaría su coche cerca de uno viejo?
Los trucos y manías de buen conductor dicen que hay determinadas normas no escritas a la hora de aparcar que merece la pena respetar si valoramos nuestro coche
Tal y como dice la frase hecha, la experiencia es un grado, una reflexión que vale para todos los oficios, desde el médico al panadero o el conductor. Se trata de toda una declaración de intenciones que deja notar el valor de los años y de lo aprendido con la práctica frente a lo teórico.
Aplicado a la conducción es imposible poner en duda la validez de esta frase si tenemos en cuenta que la prudencia y la citada experiencia hace que los conductores de más de 65 años sea uno de los que menos accidentes sufren al volante.
Trastorno personalidad
También es cierto que en este caso hay trucos y costumbres al volante que más que achacarse a la experiencia pueden achacarse directamente a un trastorno de personalidad, algo en lo que podrían caer mucho más conductores de los que pensamos.
Es el caso de este conductor que a la hora de estacionar en un aparcamiento con decenas de plazas libres cambia de sitio por una sencilla razón: había aparcado demasiado cerca de coches muy viejos o al menos más viejo que el suyo.
Un roce inminente
En este caso el peso de la lógica le dice a este experimentado conductor que aparcar cerca de un coche viejo supone un riesgo inminente por dos motivos, por un lado, la posibilidad de que abran la puerta y le rocen su coche al abrir la puerta es elevado.
Y por otro, aunque algo menos conocido, la realidad es que los amantes de lo ajeno elegirán antes un coche nuevo para robar que uno viejo, o al menos eso dice la lógica aplastante de la experiencia.
En cualquier caso, la situación actual de las ciudades en materia de aparcamiento provoca que no sea sencillo andar eligiendo un estacionamiento salvo que no nos importe pasar horas en la calle dando vueltas.