Seguridad vial
La carretera chapucera: así es la nacional en la que los vecinos denuncian 21 puntos negros en 22 kilómetros
La falta de mantenimiento ha provocado que en España haya miles de carreteras como esta abandonadas de la mano de Dios
La historia de esta carretera de la Provincia de Burgos es la historia de otras muchas carreteras que discurren por la geografía española, carreteras que en su día formaban parte de la red principal, pero que las autopistas y el paso del tiempo las ha dejado de lado.
Esto no quiere decir que no soporten una densidad de tráfico muy elevada, pues muchas veces se han convertido en la única vía natural para unir poblaciones o negocios en la zona.
Olvidadas pero con tráfico
Tal y como denunció la Unión Europea hace solo dos años, España mantienen un déficit de mantenimiento de carreteras que ronda los 10.000 millones de euros, algo que afecta a las principales autopistas y autovías de España, como la A-6 que es difícilmente transitable en algún tramo, una realidad que con más razón convierte en verdaderos caminos de cabras estas carreteras secundarias.
En este caso hablamos de la BU-710, una carretera que pertenece a la Comunidad de Castilla y León que une las localidades de Briviesca y Belorado, una carretera que según informan los alcaldes de la zona llega a soportar el tráfico de más de un centenar de camiones diarios que circulan a velocidad elevada.
Una carretera que los propios vecinos han bautizado como la carretera chapucera, toda una declaración de intenciones.
Mejoras que no sirven
Las obras de mejora en los últimos años se han limitado a un parcheado precario en 2010, que mejoró la situación, pero en absoluto la solucionó, a lo que siguieron un asfaltado con una capa de aglomerado en 2021 que empeoró la situación, pues provocó un escalón lateral más peligroso todavía, tal y como informa el Diario de Burgos, y provocó una reducción en el ancho de la calzada, ya de por sí estrecha, en algunos tramos.
En marzo de este mismo año la carretera se sometió a un nuevo asfaltado por aglomerado que costó más de 800.000 euros, que sólo ha solucionado los baches de un tramo concreto, lo que significa que según han contado vecinos de la zona, de los 21 puntos negros que llegaron a enumerar y transmitir a las autoridades aún quedan 20, para un trazado de unos 22 kilómetros.
Entre los principales problemas de la carretera están baches de hasta 15 centímetros de profundidad, curvas muy cerradas y sin visibilidad, señales sin mantenimiento que ni se leen, calzada muy estrecha que necesita obras para ensancharla y la abundante vegetación de la zona que afecta mucho a la visibilidad, eso sin citar los troncos de los árboles que jalonan la carretera y son un verdadero peligro cuando se sale un coche.