Denuncia
El truco de traficantes para esconder cosas en el coche que acaba de descubrir la Guardia Civil
Tal y como duele decirse «la Policía no es tonta», así es el último escondite que se ha puesto de moda entre camellos y rateros de poca monta
Tal y como suele decirse, los malos van por delante de la Policía, un verdadero problema en materia de seguridad, pues los delincuentes aprovechan esta ventaja para cometer sus fechorías con total impunidad.
En este caso los coches se convierten habitualmente en escondites perfectos para estos delincuentes, de hecho tal y como conoce la policía es habitual que los pequeños camellos escondan sus drogas dentro de automóviles mientras ellos se dedican al menudeo, de este modo no llevan nada prohibido encima si les cachean.
El último método
La Guardia Civil denunció recientemente en redes sociales el último método que ha descubierto para esconder drogas en los automóviles, en este caso se trata de un sistema tan sencillo como discreto y eficaz.
Para ello utilizan un mecanismo muy simple que consiste en utilizar una caja de perdigones, aunque valdría cualquier otra caja similar metálica, meter dentro un imán potente y pegarla a los bajos del vehículo.
Tan sencillo como discreto
Este método sirve tanto para esconder cosas en un coche propio de manera casi imposible de descubrir como para escamotearlas en un coche cualquiera que haya en la calle, pues nadie será capaz de imaginar lo que realmente lleva debajo.
Afortunadamente tal y como explica el dicho popular, «la policía no es tonta» y tiene métodos muy efectivos para descubrir cargamentos ilegales escondidos en el interior de los coches.
Perros entrenados
En este caso su mejor aliado son los perros, que con su olfato son capaces de detectar perfectamente la presencia de sustancias ilegales.
De hecho hace sólo unos días un perro de la Guardia Civil descubrió casi 200.000 euros escondidos debajo del asiento trasero de un vehículo. Estos animales son capaces de detectar tanto drogas como billetes, cadáveres o explosivos, para lo que cuentan con formación muy intensa.
Hasta hace poco muchos rateros utilizaban el hueco donde está el tapón de la gasolina para ocultar lo que no querían que nadie encontrase, un truco que ya se sabe la policía.