El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz

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Industria

Josu Jon Imaz (Repsol): «El motor de combustión no se va a prohibir, sería catastrófico»

El consejero delegado de Repsol considera que Europa finalmente reaccionará y habrá vuelta atrás en la prohibición de los motores de combustión

Josu Jon Imaz, cree que no se prohibirá el motor de combustión en 2035 y, tras defender una transición energética «inteligente», asegura que se han adoptado decisiones que son «catastróficas y se requiere un giro». Hay que tener en cuenta que este mismo año Bruselas ya ha dado un paso atrás retrasando la doctrina CAFE que iba a traducirse en más de 15.000 millones de euros de sanción a los fabricantes por vender demasiados coches de combustible.

El motor de combustión ha sido protagonista de buena parte de esta entrevista realizada por El Correo, en la que Imaz ha confirmado que se necesita «un giro radical» porque hay decisiones que se han adoptado que «son catastróficas» en referencia a la prohibición de los motores de combustión en 2035.

Motor, protagonista

«No, no va a suceder, no se va a prohibir, pero el daño que estamos haciendo a la industria de automoción es enorme y si se cambia el rumbo en 2030 el daño que habremos hecho también será enorme. Nuestra joya en ese sector hace quince años era el motor de combustión. ¿Dónde está ahora?, ¿qué hemos hecho en el camino? Se ha apostado con absoluta miopía por una tecnología unívoca, la movilidad eléctrica, que es parte de la solución pero no es la solución», manifiesta.

El consejero delegado de Repsol

El consejero delegado de RepsolEuropa Press

En su opinión, la clase política está tomando decisiones sobre las tecnologías «sin ningún fundamento científico». Imaz indica que hay que «hacer una transición energética», y que eso es algo que «nadie duda» pero debe ser «inteligente».

La opción renovable

En este sentido, subraya que un motor de combustión con un combustible renovable «tiene menos emisiones en su ciclo de vida que un vehículo eléctrico». A su juicio, habrá una «reacción social y laboral» que va a obligar a los gobiernos a adoptar decisiones en relación a esa transición energética.

Ante quienes acusan de ser «retardistas» a los que tienen su mismo planteamiento, asegura que alguien tiene que «explicarle a los trabajadores del sector del automóvil por qué está en juego su empleo». «Necesitamos centrarnos más en los datos, en las matemáticas, medir las emisiones de CO2 en todo el ciclo de vida de cada cosa», remarca.

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