Maestro entregado y generoso con sus discípulos

Con inmensa tristeza recibí la tarde del pasado 27 de marzo la noticia del fallecimiento de mi maestro académico, el Prof. Dr. D. José Ramón Parada Vázquez, a los 91 años.

Ramón Parada, discípulo directo del gran maestro de la ciencia española del Derecho administrativo de la segunda mitad del siglo XX, don Eduardo García de Enterría, pertenece sin lugar a duda al círculo de los iuspublicistas españoles más sobresalientes de los últimos 50 años. Don Ramón fue, por este orden, profesor, abogado, oficial del Cuerpo Jurídico Militar y funcionario del Cuerpo Técnico de la Administración Civil del Estado (hoy Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado). Tras formarse como jurista en la Universidad de Valladolid, primero como alumno de licenciatura y colegial del Colegio Mayor de Santa Cruz y más tarde como doctorando y ayudante de García de Enterría, ocupó cátedras de su disciplina en las universidades de La Laguna, Valencia, Barcelona, Complutense de Madrid y, finalmente, en la UNED, en la que más años ejerció su magisterio y concluyó su dilatada carrera académica.

Su obra científica es amplia y temáticamente muy variada. Destacan singularmente sus trabajos sobre los orígenes y fundamentos históricos de la contratación administrativa y la jurisdicción contencioso-administrativa y sus contribuciones al estudio del Derecho de la función pública, el urbanismo, la justicia administrativa, la organización territorial del Estado y el Derecho militar. Son numerosas las generaciones de juristas españoles que aprendieron Derecho Administrativo y/o prepararon sus oposiciones de ingreso a los cuerpos de funcionarios de las Administraciones Públicas con los tres volúmenes de su icónico manual de Derecho Administrativo.

Don Ramón fue un gran erudito, lector empedernido y amante de la Historia, en particular de la conformación del Estado liberal español en el siglo XIX. Desde el punto de vista metodológico, en su aproximación científica al Derecho prevaleció la clave histórica sobre la dogmática. Su pensamiento fue siempre crítico y disruptivo. En los últimos años manifestó insistentemente su preocupación por las crecientes pulsiones nacionalistas en la sociedad española y se mostró muy crítico con la deriva del Estado autonómico y, en general, del sistema institucional, en términos muy próximos, por cierto, a los expresados por su condiscípulo enterriano y amigo del alma, el profesor Alejandro Nieto, tristemente fallecido también hace escasos meses.

Tras alcanzar la edad de jubilación como catedrático de Universidad, Ramón Parada dedicó más de 15 años a dirigir la Fundación Alfonso Martín Escudero, desde la que impulsó una importante labor editorial, promoviendo la edición de excelentes monografías, fundamentalmente sobre temas históricos y jurídicos.

Una mención especial merece finalmente la figura de Ramón Parada como maestro académico. A lo largo de su dilatada carrera universitaria creó una amplia escuela, primero en Barcelona y, ya en Madrid, en la UNED. Un número importante de profesores de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Pompeu Fabra se reivindican, aún hoy, como discípulos (directos o indirectos), o al menos como prohijados, de Ramón Parada. En la UNED la práctica totalidad de los profesores que integramos el Departamento de Derecho Administrativo somos discípulos directos suyos. Parada no solo fue un maestro entregado y generoso con sus discípulos, sino también extraordinariamente respetuoso y tolerante. A todos sus discípulos dio siempre entera libertad para elegir sus temas de investigación y su aproximación metodológica, dogmática e incluso ideológica al Derecho público. Puedo dar fe de ello como uno de sus discípulos (y no soy el único) no siempre cabalmente alineado con sus preferencias temáticas y sus inclinaciones tanto metodológicas como ideológicas.

En suma, Ramón Parada deja una huella imborrable en la ciencia jurídica española y desde luego un vacío imposible de llenar entre sus discípulos, que le recordaremos siempre con admiración, afecto y añoranza.

• Mariano Bacigalupo es profesor de Derecho administrativo de la UNED