Juan Soto (1940-2024)
Pionero del sector tecnológico
Fue un mentor, un consejero, un amigo que nos acompañó y guio en nuestro crecimiento profesional y personal. Fue un referente, un ejemplo, un orgullo para todos los que le conocimos
Juan Soto
Empresario
Un maestro de maestros que supo formar, motivar y preparar a las nuevas generaciones de profesionales y fue el precursor de hacer de HP España un referente a nivel mundial
Hoy es un día muy triste para toda la familia HP y para el sector tecnológico en general porque hemos perdido a un gran amigo, un gran líder y un gran maestro. Una persona excepcional, que dedicó su vida a hacer de HP la empresa líder que es hoy. Un ejemplo de honestidad, generosidad y compromiso con el sector y con la compañía que lideró desde 1971 y que durante más de 30 años fue una inspiración con todos los que tuvimos el privilegio de trabajar con él.
Un maestro de maestros que supo formar, motivar y preparar a las nuevas generaciones de profesionales y fue el precursor de hacer de HP España un referente a nivel mundial, trayendo proyectos de innovación y creando y haciendo crecer lo que es hoy nuestro centro de Sant Cugat en Barcelona. Y a él le debemos lo que somos como compañía en España: una organización sólida, innovadora, líder en su sector, que ha sabido ganarse el respeto y la confianza de sus clientes, proveedores y partners.
Porque Juan fue mucho más que un presidente de HP España. Fue un pionero y un líder carismático que supo anticiparse a los cambios y adaptarse a las nuevas realidades del sector, siempre con una mirada global y una apuesta por la innovación y el talento. Fue un mentor, un consejero, un amigo que nos acompañó y guio en nuestro crecimiento profesional y personal. Fue un referente, un ejemplo, un orgullo para todos los que le conocimos.
Por todo ello, quiero darte las gracias Juan por guiarnos, por contagiarnos tu pasión y tu compromiso, que nos inspiraron a todos los que tuvimos la suerte de trabajar contigo. Porque no sólo fuiste un gran profesional, sino también un ser humano generoso y solidario. Un maestro que nos enseñó el valor de la honestidad, la integridad, y la ética, siendo un ejemplo de cómo vivir y liderar con valores y principios.
Además de ser un referente para todos nosotros también fuiste un gran amigo y compañero. Te recordaré siempre por tu inigualable predisposición a ayudar, a escuchar, a enseñar y compartir tus conocimientos y experiencias, y a apoyar y animar a los demás. Pero también por tu capacidad de disfrutar de la vida como nadie, de la música, de la naturaleza, de la gastronomía, de esas pequeñas cosas que te hacían tan feliz. Siempre me sorprendía tu curiosidad insaciable bajo esa mente brillante, atento a las novedades y a todo lo que pasaba a tu alrededor y la eficacia de como afrontabas los retos que proponía el sector TIC. Porque tu incomparable pasión por el trabajo, las eternas reuniones en la oficina y el inmenso compromiso que demostrabas en cada cosa que hacías, tenían su reflejo en la calidad y el rigor de tu liderazgo y en lo acertado de tus decisiones.
Querido Juan, tú has sido un maestro para muchos de nosotros, tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Nos has enseñado a ser mejores profesionales, mejores personas, mejores ciudadanos. Nos ha transmitido tus valores, tu ética, tu compromiso, tu visión. Nos ha hecho partícipes de tus sueños, de tus ilusiones, de tus proyectos. Nos has dejado un legado que trataremos de honrar y trasladar a las siguientes generaciones.
Juan también fue un hombre de familia, que amaba profundamente a su esposa y a sus hijas. Fue un padre ejemplar, dedicado y orgulloso, que se preocupó por darles lo mejor, por educarlas, por acompañarlas, por hacerlas felices. Su familia era su mayor tesoro y su razón de vivir.
Hoy nos despedimos de Juan con dolor, pero también con gratitud. Dolor por la pérdida irreparable de un ser querido, de un amigo, de un colega, de un líder. Gratitud por haber tenido la oportunidad de conocerlo, de trabajar con él, de compartir momentos inolvidables, de aprender de él y porque sabemos que su espíritu sigue vivo, que su recuerdo nos acompaña, y que su ejemplo nos guía.