Juan Carlos Martínez Gauna (1957-2024)
El buen hacer periodístico
En 'El Correo' escaló todos los peldaños hasta regir sus destinos durante nueve fructíferos años
Juan Carlos Martínez Gauna
Periodista
Pasó la mayor parte de su carrera en 'El Correo', cuyos destinos rigió entre 2007 y 2016, ejerciendo igualmente funciones directivas en 'El Comercio' y en 'ABC'.
Juan Carlos Martínez Gauna dejó la dirección de El Correo en 2016, hace ya ocho años, un periodo que no ha difuminado en absoluto la huella que dejó. Principalmente en la cabecera vasca, por supuesto, pero también en El Comercio y en ABC. La prueba está en los numerosos homenajes que su figura ha recibido desde que se supo su fallecimiento, acaecido el 6 de octubre a causa de un cáncer. No era para menos: Martínez Gauna, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, inició su andadura en El Correo como redactor raso antes de escalar los peldaños, primero como jefe de Reportajes, y más adelante como responsable de la edición alavesa de la cabecera.
Si bien para ejercer por primera vez como director –era el año 2002–, tuvo que abandonar temporalmente el País Vasco, su tierra natal y en la que hasta entonces había transcurrido toda su carrera, para mudarse a Gijón y tomar las riendas de El Comercio. La experiencia en la costa asturiana duró un bienio: en 2004 se incorporó a ABC en calidad de director adjunto. Fue, tal vez, su etapa más complicada. Como explica Ramón Pérez-Maura, que en aquel tiempo ejercía las funciones de adjunto al director de ABC, el entonces director del histórico diario madrileño, Ignacio Camacho, y Martínez Gauna «no tuvieron buen entendimiento». (Preguntado por El Debate acerca de las cualidades periodísticas de Martínez-Gauna, otro antiguo director de El Correo y de ABC, José Antonio Zarzalejos, ha declinado hacer declaraciones).
Mas las decepciones de Martínez Gauna en Madrid, si las hubo, se disiparon en 2007 al ser nombrado director de El Correo, el cargo para el que estaba proyectado. Durante nueve años, supervisó con éxito la adaptación digital y padeció las garras del terrorismo etarra cuando el lugar en el que se encontraba la imprenta del periódico fue volado con cinco kilos de amonal, como ha recordado el Diario Vasco. Con todo, siguió irradiando su buen hacer periodístico hasta el último día de su dirección.