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HorizonteRamón Pérez-Maura

Zapatero, un estadista entre tiranuelos

Sí, presidente, los indultos han operado bien para los delincuentes que los han obtenido en contra del criterio del tribunal que juzgó a los condenados, sin arrepentimiento y con expresa intención de volver a delinquir. A eso lo describe usted como buen funcionamiento de los indultos. Con un par

Actualizada 01:20

La cachaza con la que José Luis Rodríguez Zapatero manifiesta publicamente lo bien que le parece que se viole la ley empieza a ser francamente preocupante. Más bien digna de países tercermundistas y dictadores sin escrúpulos. El pasado viernes hizo unas declaraciones a RTVE en las que afirmó que Puigdemont «es un factor importante para que ese recorrido que va a existir de diálogo y reencuentro vaya más fluido, se acelere y sea más factible». «Institucionalmente estamos ante una cuestión delicada, judicialmente y políticamente. Yo no tengo ninguna duda de que hay gente pensando en esto. Tengamos confianza, igual que los indultos han operado bien... Tengamos confianza».

Cada vez con más frecuencia vemos entrevistas en televisión que nos hacen pensar en manos de quién hemos estado. El domingo pasado hubo una entrevista con Iván Redondo que nos ofreció un buen retrato de la endeblez intelectual –y de cualquier otra naturaleza– de la persona a la que se ha atribuido el «buen gobierno» de España desde 2018.

El viernes Radio 4 y La 2, canales de la corporación pública, ofrecieron una entrevista con el ex presidente en la que hacía la afirmación que aparece al principio de estas líneas. Afirmaba que Puigdemont va a ser un factor importante para el diálogo y el reencuentro. ¿Cuándo ha dialogado Puigdemont en toda su vida política? El diálogo implica escuchar a la otra parte y estar dispuesto a hacer concesiones. ¿Conoce alguien la más mínima concesión que hiciera el prófugo Puigdemont en sus conversaciones con el Gobierno de la nación? El diálogo con Puigdemont y con los independentistas catalanes siempre ha sido unilateral sobre una base: ¿Qué me vas a dar? Jamás hay la más mínima concesión de los catalanes al Gobierno de todos los españoles. Debe de ser que Zapatero, en sus conversaciones habituales con la dictadura venezolana ha tenido conocimiento de ellas. Y convendría saber en qué va a consistir el reencuentro. Porque suena mucho a que Zapatero cree que reencontrarse implica no tener que rendir cuentas a la Justicia. ¿Qué otra cosa puede querer decir «estamos ante una cuestión delicada, judicialmente y políticamente»? Yo creo que sólo es una cuestión delicada para el prófugo de la Justicia, pero apuesto lo que quiera con quien quiera a que no es eso lo que quiere decir Zapatero. ¿Cómo puede un ex presidente del Gobierno del Reino de España defender que no tiene que rendir cuentas ante la Justicia quien ha traicionado a España e intenta romperla? Y, encima, parece regodearse diciendo que «Yo no tengo ninguna duda de que hay gente pensando en esto. Tengamos confianza, igual que los indultos han operado bien...» Sí, presidente, los indultos han operado bien para los delincuentes que los han obtenido en contra del criterio del tribunal que juzgó a los condenados, sin arrepentimiento y con expresa intención de volver a delinquir. A eso lo describe usted como buen funcionamiento de los indultos. Con un par.

El PSOE sufrió un serio descarrilamiento el día que se frustró la sucesión de Felipe González en la persona de Joaquín Almunia y la cosa fue a peor cuando las bases devolvieron el poder al censurado Pedro Sánchez, el de la urna repleta de papeletas a priori y escondida detrás de la cortina. Éste es el presidente del Gobierno a día de hoy y está haciendo bueno a Rodríguez Zapatero pese a los denodados intentos de este último por demostrar que sólo es un estadista cuando se rodea de los Maduro y adláteres. Unos tiranuelos que cada vez abundan más en nuestra hermana, la América Hispana.

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