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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

PSOE, donde la corrupción se premia

La mandataria de la Diputación de Pontevedra, promocionada a la presidencia del partido en Galicia pese a un escándalo sentenciado por el Supremo. ¡Ole!

Actualizada 09:12

El PP de Aznar y Rajoy incurrió en casos de corrupción execrables, es notorio. Incluso acabaron costándole el poder, pues Sánchez se sirvió de las chorizadas de alcaldes menores del Partido Popular como pretexto para desalojar a Rajoy de la mano de los separatistas (previa manita amiga de un magistrado «progresista», que encasquetó en una sentencia la frase a la carta que necesitaba el PSOE para armar su operación).

Pero resulta obvio que en España impera un doble rasero. Lo medios truenan ante los chanchullos de la derecha, mientras que todo se queda en anecdotilla si la tropelía es zurda. La hemeroteca del PSOE no huele exactamente a agua de colonia. Ha sido condenado por financiación ilegal (Filesa). Protagonizó el mayor robo de nuestra democracia (los ERE, guindando para más señas el dinero de los parados). Hay varios sindicalistas socialistas en el trullo por llevarse a manos llenas un botín en ayudas públicas. Hay figuras del PSOE pringadas en los chanchullos del chavismo. Hay ministros que todavía no se sabe por qué fueron expulsados del Olimpo sanchista con urgencia extrema. Hay un ex presidente del Gobierno que hace de intermediario a favor de la hedionda dictadura de Maduro, sin que se sepa muy bien qué recibe a cambio... Pero además, el fraternal sanchismo-podemismo está batiendo récords de nepotismo. Empezando por el propio Sánchez, que se inventó de la nada un puesto en la Administración del Estado para dar empleo a su mejor amigo, un arquitecto que no encontraba trabajo y había tenido que emigrar a Estados Unidos (para más señas, el ejecutor de la «Operación Salvad al Amiguete» fue Ábalos, luego laminado sin pestañear, aunque se prestaba a todo lo que mandase el Líder).

Pese a semejante historial, Sánchez imparte lecciones éticas a la oposición con un notable desahogo. Cuando se vienen arriba, los socialistas incluso recuperan su lema clásico: «PSOE, más de cien años de honradez», frase cuya sola enunciación debería ir acompañada de risas enlatadas, como en las viejas comedias de situación.

El PSOE –¡oh sorpresa!– incurre en casos de corrupción, pero es que además ha dejado de castigarlos cuando son descubiertos. Les resumo una golfada que si la llega a haber cometido la derecha daría para seriales en las teles al rojo vivo, pero que se está silenciando. Carmela Silva, viguesa de 61 años, que se define como «socialista y feminista», preside desde 2015 la Diputación de Pontevedra. Inició su carrera política como concejal en el Ayuntamiento de Vigo bajo el alcalde Abel Caballero, el de las luces, al que le une una estrecha amistad. En 2008, cuando ambos llevaban un año en el poder, la cuñada de Carmela, una tal Vanesa, fue contratada por una empresa subsidiaria del Ayuntamiento para desempeñar labores que nunca ejerció y para las que no estaba capacitada. Chupó del bote municipal durante casi un lustro y ni siquiera acudía a trabajar.

El Supremo ha condenado ahora a cinco años de cárcel al funcionario municipal que facilitó su contratación enchufística. Pero la sentencia no aclara si el condenado conocía a Vanesa, la cuñadísima, ni si la decisión de regalarle un sueldo municipal por un trabajo ficticio la tomó por iniciativa propia, en un singular rapto de altruismo choricil, o fue inducida por alguno de sus superiores.

Como «feminista y socialista», Carmela Silva tiene a gala que una de sus metas al frente de la Diputación de Pontevedra es la «defensa y promoción de las mujeres». ¿Incluyó en tan noble objetivo la defensa y promoción de su cuñada a cargo del erario público? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que si llega a tratarse de una política de derechas, a estas horas la tal Carmela estaría en babuchas en su casa, tras verse forzada a dimitir por la sentencia del Supremo y la polvareda mediática consiguiente.

Sin embargo en el actual PSOE las cosas se hacen de otra manera. La protagonista indirecta de este escándalo de enchufismo, Carmela Silva, ha sido promocionada este miércoles a presidenta del PSOE gallego. ¡Ole! Clausurando la cumbre donde se ofició semejante gamberrada, el mismísimo Sánchez, que presumió allí de dirigir «un partido imprescindible». Imaginamos que quería decir imprescindible para la cuñada de Carmela. 

En fin, lo ya sabido: PSOE, más de cien años de honradez.

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