Defienden a los asesinos y atacan a la vida
No soy partidario de acosar a nadie, pero sí creo que, en la vida, una segunda oportunidad es lo mínimo que uno puede esperar
¿Qué tiene que ocurrir en España para que la ciudadanía se rebele ante todos los tics totalitarios que está demostrando el actual Gobierno? Lo que se pretende con la reforma del artículo 172 del Código Penal –equiparar a los defensores de la vida con los maltratadores– ya no es una cuestión inquietante, es abiertamente un ataque a la libertad y a la democracia. Creo que se trata de una proposición inconstitucional. La nueva iniciativa del Gobierno en esta materia castigará con penas de cárcel a quienes se concentren ante las clínicas abortivas y eliminará la necesidad de denuncia previa, como en los casos de violencia de género. Lo curioso es que el sanchismo lo apoya, pero la iniciativa ha partido del PNV, ya saben, los de «Dios y leyes viejas». Está claro que todo está desnortado y nunca mejor dicho. Podrán reformar las leyes, pero no las conciencias. No soy partidario de acosar a nadie, pero sí creo que, en la vida, una segunda oportunidad es lo mínimo que uno puede esperar. Los provida no son acosadores, los que rezan no son maltratadores, los que argumentan no son totalitarios. Con esa desorientación, en esa pérdida de rumbo de la izquierda y el nacionalismo vasco, ¿a alguien le dice algo su conciencia? ¿A nadie le asalta una náusea vespertina mientras se defiende la excarcelación de asesinos del tiro en la nuca y se combate hasta el totalitarismo a quienes defienden la vida? ¿Tan mal está la sociedad?
