Aragonès, ¿quién es el nazi?
El odio sigue cultivándose en los campos catalanes, a pesar de recibir tanto. Viven dopados con la deuda milmillonaria contraída con el Estado español
El actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, dirige un partido que quiere romper la integridad física de España, la nación más antigua de Europa, y ejercita la xenofobia un día sí y otro también, además de no cumplir algo tan elemental en un Estado de derecho como es una sentencia judicial. Este es el que se permite tildar de nazis a los de Vox porque se limitan a hacer oposición, algo tan legítimo como democrático. Aragonès, emulando a Sánchez, es de los que hacen oposición a la oposición. Por eso me asaltan las dudas acerca de quién de verdad se acerca más al nazismo. Vox no quiere romper España, respeta la Constitución, no da golpes de Estado, cumple las sentencias, defiende la monarquía constitucional, además de la libertad de las personas para escoger lo que prefieran en materias tan elementales como la lengua. Es decir, Vox está en los estándares democráticos de la Europa civilizada, moderna y democrática. Ir dando golpes de Estado, no aceptar las decisiones de los jueces y descalificar llamando nazis a la oposición no es precisamente un comportamiento homologable en la civilización occidental, y fíjense bien lo que digo, en la «civilización». El odio sigue cultivándose en los campos catalanes, a pesar de recibir tanto. Viven dopados con la deuda milmillonaria contraída con el Estado español, pero su enajenación colectiva los lleva a una mala relación con la realidad y me temo que un día de estos se van a dar de lleno con ella en sus propias narices, ellos que se creían superiores a todos los demás.