Analfabetismo nada humanitario
Una guerra es un desastre humano, pero jamás humanitario. Humanitarias son las ayudas, humanitarios son los corredores no minados para evacuar a las víctimas civiles de los bombardeos
Van a terminar escribiendo y diciendo que los 700 euros por megavatio y hora son humanitarios. Que los 54 euros de impuestos por cada 100 que pagan los españoles por la gasolina y los 62 euros que se lleva el Gobierno de cada factura de la luz por 100 que salen de los bolsillos de los contribuyentes y los subvencionados son humanitarios. Desde que un cursi analfabeto del periodismo, en páginas de El País, escribió lo del «drama humanitario» un alto porcentaje de periodistas, políticos y, por contagio, tertulianos y simples viandantes, no paran de calificar de humanitarias las catástrofes, las guerras, los desastres naturales y todo aquello que perjudica gravemente a la humanidad. En Atresmedia, las emisoras de radio, El País, ABC, El Mundo, La Razón, La Vanguardia y prácticamente la totalidad de los medios de información, la invasión rusa ordenada por el asesino Putin a Ucrania, es un desastre, una catástrofe, una tragedia o un drama humanitarios. Y es, en efecto, un desastre, una catástrofe, una tragedia y un drama, pero no humanitarios, sino humanos. Lo humanitario es, según la Real Academia Española, todo aquello que beneficia a la humanidad. Una guerra es un desastre humano, pero jamás humanitario. Humanitarias son las ayudas, humanitarios son los corredores no minados para evacuar a las víctimas civiles de los bombardeos. Humanitario es el dinero que se invierte sin beneficios ni intereses en aliviar el hambre, el frío, la soledad y la angustia de las víctimas de la guerra. Todo eso es humanitario. La tragedia es humana.
He releído la frase de un ruso que nada tiene que ver con Putin. Fiódor Dostoievski: «Llegará un día en el que la intolerancia será tan intensa que se prohibirá pensar a los inteligentes para no molestar a los imbéciles». Después de leer esta frase, que tiene varias versiones como consecuencia de las libres traducciones, repaso en mi tableta las últimas noticias de la criminal invasión rusa. Y El Mundo, que es un periódico con muchos redactores cultos y bien formados, nos informa de la destrucción de la ciudad de Mariúpol. «Mariúpol, cerca de la catástrofe humanitaria». Si Mariúpol está, no cerca, sino inmersa en una catástrofe, esa catástrofe es humana. Humanitario es socorrer a las víctimas de la catástrofe de Mariúpol. Pero no lo entienden. Remedando a Dostoievski: « Llegará un día en el que el analfabetismo será tan intenso que se prohibirá escribir a los que no cometen faltas de ortografía para no molestar a los analfabetos».
Conviene recordarlo y clavarlo en los tablones de avisos de las redacciones. «Humanitario/a: (Del latín humanitas/ atis) Adjetivo. Que mira o se refiere al bien del género humano. 2/Benigno, caritativo, benéfico. 3/ Que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra y otras calamidades en las personas que la padecen. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Tercera edición. Edición del Tricentenario. Espasa Calpe».
El profesional que vive de la palabra, bien escribiéndola, bien informando a través de ella, está obligado a conocer su significado. Y en este caso, puedo asegurar que un altísimo porcentaje de escritores, periodistas, políticos y ciudadanos en general, han convertido la tragedia, el dolor y el drama de la humanidad en una circunstancia benigna, caritativa y benéfica.
Dejen pues, de decir burradas. Catástrofe humana. Lo humanitario es aliviar sus consecuencias.