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HorizonteRamón Pérez-Maura

El perfume y la bazofia de Corinna

Ella concede declaraciones y facilita fotografías bajo condición de mantener un estricto control del producto final. Con ella hay que hacer siempre lo que ella te dice. Si no lo aceptas, te quedas con las manos vacías

Actualizada 01:30

Desde que hace nueve años Corinna Larsen concedió su primera entrevista –que fue recogida en una grabadora de mi propiedad– ella controla y dirige el relato de la que fue su relación adúltera con el Rey Juan Carlos. En este tiempo ha dirigido personalmente sus apariciones en al menos media docena de ocasiones en diferentes medios para dar su versión de los mismos hechos. Ella concede declaraciones y facilita fotografías bajo condición de mantener un estricto control del producto final. Con ella hay que hacer siempre lo que ella te dice. Si no lo aceptas, te quedas con las manos vacías.

Todos los que han trabajado con ella lo saben. La única diferencia es que algunos siguen a su servicio a día de hoy esperando sacarle más basura y otros han roto con ella y no tienen inconveniente en decir, incluso públicamente, que fueron utilizados.

Mañana empieza la última, por ahora, de esas campañas que la señora Larsen ha realizado empleando diferentes medios. Ahora se trata de un podcast que se emitirá a partir del 7 de noviembre en varias plataformas. El hecho de que la emisión semanal sea en esta fecha es presentado por la productora, Project Brazen, como un simple interés en concluir la emisión de todos los capítulos antes de Navidad. No está claro qué relevancia tiene la Navidad en esto. Pero parece bastante más concluyente el que el 8 de noviembre es el día que tiene lugar en Londres una relevante vista de Corinna contra Don Juan Carlos. Y es que en su uso y control del relato en esta historia se puede recordar también que precisamente el 30 de junio en vísperas de otra vista de esta causa en el tribunal británico fue el día en que una gacetilla madrileña, siempre a su servicio, publicó fotos privadas de ella misma, su hijo y Don Juan Carlos. Huelga decir que esas fotos empleadas para atacar a Don Juan Carlos en un día tan específico solo podían haberlas filtrado el propio Don Juan Carlos o Corinna. Adivinen quién fue.

Corinna zu Sayn Wittgenstein, "Corinna Larsen " attending Women4Walkabout Ladies Luncheon, Claridge's, London, UK - 16 Jun 2017

GTRES

Poniéndose la venda antes de la herida, la productora Project Brazen emitió el jueves un comunicado diciendo que este podcast llamado «Corinna y el Rey» es un proyecto muy profesional, que no está al servicio de nadie. El hecho de que en el comunicado se refieran a ella por dos veces como Corinna zu Sayn-Wittgenstein y no como Corinna Larsen ya es un indicio muy relevante de al servicio de quién está hecho este podcast, aunque por ahora solo tenemos indicios y falta ver la totalidad. Corinna se divorció en 2005 y en 2017 el jefe de la Casa de Sayn-Wittgenstein-Sayn le prohibió expresamente el uso del título o el apellido y su nombre ha sido borrado del árbol genealógico oficial de esa Casa. Así que quien se empeña en llamarla como ella quiere es porque está haciendo lo que tantos hicieron antes: dejar que ella controle el relato.

Uno de los criterios para juzgar la objetividad del podcast será ver si en alguno de los capítulos se le pregunta sobre su fortuna, que diversas fuentes con conocimiento de causa cifran muy por encima de los famosos 65 millones, y por las sociedades off shore que tiene, que según ha publicado José María Irujo en El País el 16 de noviembre de 2021 pueden ser hasta una docena. Es una pregunta básica y no vale aceptar cualquier respuesta si de verdad estamos hablando de periodismo de investigación.

Project Brazen, la productora de la serie, está dirigida por dos periodistas norteamericanos que siempre se dan a sí mismos el aval de haber trabajado en The Wall Street Journal. Este periodismo de investigación tendría mucho más valor si se pudiera saber quiénes son los accionistas e inversores en Project Brazen. Una transparencia elemental. Ésta es una extraña productora de periodismo de investigación que esta semana en The Groucho Club en Mayfair presentó el podcast a la vez que un perfume inspirado por Corinna llamado Royal Hunt, «Caza Real». Para ser una producción totalmente independiente de Corinna no está mal encontrártela haciendo caja. No le faltaba lógica al hecho: hacía falta un perfume que pudiera mitigar el hedor de la bazofia de Corinna Larsen.

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