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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

El desguace de España: un día en Sanchistán

No falta de nada: rebaja de la sedición, trampas a Transparencia, coces a la libertad de prensa, el doble de paro de la OCDE y sellos comunistas de Correos

Actualizada 09:22

Un día cualquiera en Sanchistán, el carrusel de los disparates. La feria de los asombros bananeros de la Europa civilizada:

-Arranca el día. Apertura de El Debate: Sánchez, en rebeldía frente al Consejo de Transparencia. El presidente del Gobierno se niega a revelar si informó o no a Felipe VI sobre su volantazo en el Sahara y su súbito entreguismo a Marruecos (ergo no informó, pues de lo contrario lo diría sin problema alguno). Según una exclusiva que firma Antonio Naranjo, el pasado 4 de noviembre expiró el plazo para que Sánchez revelase a Transparencia si dio cuenta o no al Jefe del Estado del sorprendente giro diplomático. Es algo a lo que está obligado constitucionalmente, pues nuestra Carta Magna establece que el Rey debe «ser informado de los asuntos de Estado». Persiste también la incógnita sobre por qué cedió repentinamente ante un Marruecos al que hasta entonces había tratado con una displicencia chulesca. ¿Es rehén Sánchez de Marruecos por algún motivo? ¿Quién vació su teléfono con Pegasus y qué se encontró en él? ¿O simplemente todo atiende a que tras una profunda reflexión con el eminente Albares decidió cambiar de sopetón la diplomacia española de los cincuenta años anteriores?

-Diez de la mañana. Correos, presidida por un amiguete de Sánchez colocado ahí a dedazo, emite un sello para ensalzar el comunismo, la ideología más letal de la historia en número de víctimas. ¿Qué se diría en España si Correos emitiese un sello con una esvástica, o con simbología fascista? Pues lógicamente no se consentiría.

-Mediodía. Otro jarro de agua fría económico. A pesar de las trampas semánticas de Yolanda Díaz y de la trompetería propagandística, la agria realidad es tozuda: la España gobernada por socialistas y comunistas duplica la media de paro de la OCDE, con un 12,7 % frente a un 4,9 % del conjunto de las economías avanzadas. La arcadia de Nadia Calviño es un embuste.

-Dos de la tarde. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, la Sonrisa del Régimen, se delata con una ocurrencia a lo Hugo Chávez y pide que los medios de comunicación privados tengan un espacio fijo reservado a la información gubernamental, «igual que hacen con la del tiempo». Una idea propia de una satrapía bananera. RR (Risitas Rodríguez) propone meter a capón información del Gobierno «para evitar intereses sesgados» en los medios. Asoman una vez más los peores instintos de una gente que no cree en la libertad de expresión.

-Cuatro de la tarde. El Gobierno reconoce que ya trabaja en la rebaja del delito de sedición, y lo hará saltándose además a los órganos consultivos. En la víspera, el presidente Aragonés, de ERC, había anunciado en el Parlamento catalán que así sería. Como si fuese un dócil perro de Pavlov, el PSOE reacciona y cumple al instante con los separatistas. La rebaja de la sedición es el pago de este año para que Junqueras mantenga a Sánchez en el poder (amén de que existe un plan para asaltar el TC., a fin de que una vez que sea perfectamente «progresista» permita colar de rondón consultas de autodeterminación más o menos camufladas).

-Nueve y media de la noche. Sánchez, el único presidente de nuestra democracia que solo habla para medios afines, anuncia en una entrevista de cámara en la Sexta que este mismo viernes lleva al Congreso la rebaja de la sedición, en contra del criterio de la inmensa mayoría de los españoles, incluyendo la mayor parte de los votantes de su propio partido. Se fuma así al Parlamento y a la opinión pública, al más puro estilo bolviariano, porque lo único que le importa es pagar sus deudas con Junqueras para dormir unos meses más en Palacio. El desguace de España en directo en la tele al rojo vivo.

Y así concluye otro singular día en Sanchistán. Antaño se llamó España. Cuentan que llegó a ser una democracia reglada del primer mundo.

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