Diez deseos para 2023

El más eminente de los analistas balompédicos españoles actuales, el viejo Mariano, recomendó en una de sus celebradas columnas en El Debate «ser optimista, porque lo contrario no sirve absolutamente para nada». Tenía razón. Nos hemos vuelto demasiado cenizos y quejumbrosos. Así que ahí van diez deseos optimistas para 2023. Puede que ocurran. O puede que no. Pero por soñar y pedir que no quede:

1.-Un apaño en Ucrania. Los acuerdos de paz no los firman nunca grandes amigos, sino aquellos que hasta un minuto antes se machacaban mutuamente. El año 2023 debería ser el de la realpolitik en Ucrania. Alguien –¿China?– debe propiciarla. Esta guerra cruel y estúpida la inició Putin. Cierto. Pero las dos partes habrán de ceder. Huelga decir que si se acaba la guerra, al día siguiente el panorama económico del mundo experimentaría un sensacional subidón.

2.-En 2023 esperamos que los españoles apliquen el sentido común, evalúen al innombrable por sus méritos y contradicciones y en las elecciones generales decidan desalojarlo (ya sé que solo con imaginarlo les dan ganas de descorchar el champán…).

3.-El hipotético nuevo Gobierno de la derecha debería iniciar el desmontaje del rodillo de ingeniería social que ha implantado el nuevo Frente Popular y revertir sus leyes de memoria, eutanasia, trans y aborto (aunque me temo que no lo veremos).

4.-Superada la nefasta etapa del innombrable, el nuevo Gobierno ha de lanzar un plan de choque para defender la unidad de España en todos los frentes: político, jurídico, educativo y cultural (imagino que tampoco lo veremos).

5.-Cambio radical en la política educativa española. Se dejan de estudiar las minucias hiperlocales para abrir la mirada a lo que concierne a todos los españoles. Se recuperan en serio los estudios de Filosofía, Religión e Historia de España y se refuerzan con máxima intensidad los de Matemáticas y Física. Se toman medidas para que los alumnos concluyan el Bachillerato hablando perfectamente inglés. Se aboga por la cultura del esfuerzo y el mérito y se exige más para pasar de curso. Es decir: nos damos cuenta de una puñetera vez de que fomentar la 'burramia' no crea un país competitivo y exitoso.

6.-Los tímidos logros con la fusión nuclear se van convirtiendo en 2023 en una firme realidad. Avanzamos por fin hacia el sueño de la energía limpia e ilimitada (librándonos de paso de ciertos sátrapas que nos chantajean con sus materias primas).

7.-Avances sensacionales en los tratamientos contra el cáncer. En 2023 comienzan a cristalizar parte de las investigaciones del último lustro. El cáncer se cura o comienza a ser algo parecido a una enfermedad crónica en la mayoría de los casos.

8.-Lo que comenzó como la tímida protesta de los folios en blanco en China se transforma en 2023 en un movimiento imparable a favor de la libertad. La mayor dictadura del mundo, la del PCC, se tambalea y finalmente cae (ya sé que es casi imposible, pero también lo parecía la caída del Muro de Berlín, aunque asumo que es más probable una invasión de Taiwán para tapar las miserias internas con un alarde nacionalista).

9.-Un empresario con visión y dinero se da cuenta de que en España existe una oportunidad de negocio evidente: no existe una televisión potente de derechas. El panorama audiovisual está totalmente escorado hacia la izquierda, con los consiguientes daños para el pluralismo. En 2023 nace la primera televisión capaz de confrontar con éxito el paradigma de lo que erróneamente se hace llamar «progresismo». Y de propina, sus promotores incluso ganan dinero.

10.-Europa se sacude la berza relativista y multicultural y vuelve a poner en valor y a respetar los pilares que la hicieron grande y valiosa: el cristianismo, el derecho romano, la cultura grecolatina y la curiosidad intelectual de la Ilustración.

Calculo que de los diez deseos se cumplirán acaso un par. Pero de cualquier modo, Feliz Año y que la cuita dialéctica de esta noche con los cuñados podemitas y/o nacionalistas les sea leve...