Una sociedad muy enferma
Por más que creo que es un error plantear esta moción de censura en este día y hora, admito que tampoco está de menos recordar a todos los españoles quiénes son los virus que diseminan la enfermedad
España vive hoy una moción de censura como las que vivió ayer Francia. Bueno, en realidad Francia vivió dos mociones de censura que demuestran que el sistema político francés funciona mucho mejor que el español. Las mociones las ha provocado la promulgación de un decreto del Gobierno ¡el pasado jueves! Decreto con el que se impuso la reforma del Sistema Nacional de Pensiones sin necesidad de una mayoría parlamentaria. La moción que presenta Vox se anunció hace tanto tiempo que ya cuesta recordar cuál fue el desencadenante, aunque todos sabemos que el actual escenario político en su conjunto es la causa de esta censura en España.
Si tenemos en cuenta que el actual Gobierno español es el que más ha gobernado en la historia de nuestra democracia por el procedimiento del decreto ley, cabe hacer una reflexión sobre el estado de nuestro sistema parlamentario. Aquí no se lanza a la calle con urgencia nadie. Y, desde luego, no a instancias de los sindicatos, que están muy necesitados de hacer la digestión de tantos buenos condumios. En cambio, el decreto de Macron ha conseguido llenar las calles de barricadas y de fuego. Una violencia verdaderamente espeluznante. ¿Y qué es lo más grave del decreto de Macron? Que se sube la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. En España la tenemos en los 67 y tampoco he visto a los sindicatos sacar a las masas a la calle a protestar.
Creo que es de justicia decir que la sociedad francesa está profundamente enferma cuando protesta de esta manera por algo como este punto de la reforma de las pensiones. Es evidente que hay que reformar el sistema porque es imposible pagar cada vez más pensiones y con el mismo poder adquisitivo con menos mano de obra y menos horas de trabajo. Me parece que esto lo puede entender hasta el que asó la manteca.
Pero la sociedad española tiene una enfermedad latente igual de grave que la francesa. Una enfermedad que no se manifiesta a día de hoy, pero que se evidenciará de nuevo a no mucho tardar. La enfermedad de nuestra sociedad es la que le tiene sometida y en silencio, con el abandono de la mayoría de los medios de comunicación que están al servicio de un Gobierno que socorre sus cuentas de resultados. En la moción de censura del día de hoy vamos a ver, con toda probabilidad, cómo este Gobierno recibe el apoyo de una mayoría parlamentaria casi idéntica –si no exactamente igual– a la que le dio el poder. Y por más que creo que es un error plantear esta moción de censura en este día y hora, admito que tampoco está de menos recordar a todos los españoles quiénes son los virus que diseminan la enfermedad.
Esperen a que haya un cambio de Gobierno y verán las calles inundadas por los sindicatos para protestar por lo que callaron cuando gobernaban Sánchez y Podemos. Macron ganó su primera elección como el candidato de la izquierda. En la segunda era más bien un candidato de centro ante el auge de la izquierda de Melenchon y la derecha de Le Pen. Ahora es el enemigo a batir. Especialmente para la izquierda que es ultra, aunque no se lo llame nadie.