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HorizonteRamón Pérez-Maura

Gracita Bolaños está al mando

Este tipo, que es el que más manda en Moncloa, no sabe distinguir el Consejo Europeo de la Comisión Europea, del Consejo de Europa o de el Consejo de la Unión Europea, que es el cargo rotatorio y semestral que va a desempeñar Sánchez

Actualizada 10:10

Desde que Iván Redondo fue defenestrado en Moncloa, el mando en plaza lo tiene un abogado laboralista, funcionario del Banco de España. Su nombre es Félix Bolaños García, a quien Carlos Herrera ha tenido el acierto de apodar Gracita Bolaños en recuerdo de la inefable actriz Gracita Morales.

Bolaños es el que hace todas las estrategias de desinformación para dejar tiempo libre a nuestro gran presidente del Gobierno para que pueda ocuparse de lo verdaderamente importante. Y esta semana, el pasado jueves, nos dio un apunte verdaderamente deslumbrante de la trascendencia política que tiene para España el liderazgo planetario de un hombre preclaro como Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Creo que la declaración de Bolaños, que puede escucharse en la versión locutada de este artículo, no ha sido suficientemente glosada en los medios de comunicación. Sólo pude verla brevemente en Trece. Textualmente fue: «Estamos los ciudadanos españoles cada día más orgullosos de que tengamos un presidente del Gobierno como Pedro Sánchez que tenga tanto peso, tanta autoridad en el mundo y que visite al presidente chino, visite al presidente de Estados Unidos, vaya a asumir la Presidencia de la Comisión Europea en el segundo semestre de este año…».

La cosa no tiene desperdicio. Ni Napoleonchu lo hubiese glosado mejor. La autoridad de Sánchez en el mundo es una hipótesis sobre la que se puede especular -tampoco sé si mucho. Pero el acto internacional más importante que ha encabezado fue la cumbre de la OTAN en Madrid. Cumbre que fue adjudicada a España cuando presidía el Gobierno un señor que se llamaba Mariano Rajoy Brey. Es decir, todos los que estaban allí hubiesen estado igual con otro Gobierno.

Celebro saber que Gracita Bolaños está deslumbrado porque Biden haya encontrado un hueco en su agenda para recibir a Sánchez tres años y tres meses después de llegar a la Casa Blanca. Y después de hacerle correr tras él como perrito faldero por diferentes cumbres. Pero si eso hace de Sánchez un hombre «de tanta autoridad en el mundo» no sé en qué escalafón hay que situar a José María Aznar, que coincidió en la presidencia del Gobierno con Bush en la Presidencia de los Estados Unidos durante una legislatura. Igual que Biden y Sánchez. Y en ese tiempo Bush realizó una visita de Estado a España, la primera que realizaba en Europa a diferencia de lo que era habitual: ir al Reino Unido antes que a ningún otro país. Y Aznar hizo a Bush en Estados Unidos cuatro visitas oficiales además de una a Camp David y otra a su rancho en Texas. Y fue invitado a dirigirse a una sesión conjunta de ambas cámaras, privilegio que sólo el Rey Juan Carlos ha tenido también entre todos los españoles de la Historia. Vamos, que la comparación es sonrojante. Y los encuentros de Aznar con Clinton los dejamos para otro día. Un poco más de modestia, Gracita.

No estoy muy seguro dónde nos pone la sumisa visita al dictador chino, uno de los mayores violadores de los derechos humanos del mundo. Aunque si quieren hacer bandera de ello, que lo hagan con paz.

Pero lo mejor es lo de que va a ser presidente de la Comisión Europea en el segundo semestre de este año. A ver cómo se lo toma Ursula von der Leyen, de la que tan amigo es. En estas manos estamos. Este tipo, que es el que más manda en Moncloa, que cobra como ministro de la Presidencia, no sabe distinguir el Consejo Europeo, de la Comisión Europea, del Consejo de Europa o del Consejo de la Unión Europea, que es el cargo rotatorio y semestral que va a desempeñar Sánchez a partir del 1 de julio. Un cargo que según Gracita Bolaños hace de quien lo ejerce un líder mundial. Hasta cuando le toca a Malta, supongo.

Danos señor la virtud de la paciencia.

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