Fundado en 1910
Pecados capitalesMayte Alcaraz

El hermano de Sánchez y su batuta mágica

Como lo de trabajar sobre el terreno y pagar impuestos en la Arcadia feliz de su hermano era enojoso, David –con sus fracasos con la batuta como principal mérito– se compró un palacete en Elvas, Portugal, a 19,7 kilómetros de Badajoz

Actualizada 01:30

Érase una vez un joven músico, conocido como «el ruso» por su estancia en San Petersburgo, donde cursó estudios en el conservatorio estatal Korsakov. El director de orquesta fue contratado por la Diputación de Badajoz, a cargo del secretario general de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, para dirigir sus dos conservatorios públicos. El muchacho tuvo un estreno en 2019 para olvidar: ya con su hermano mayor presidiendo el Gobierno de España, David Sánchez, tras el pseudónimo de David Azagra, dirigió el 28 de noviembre de ese año L’Elisir D’Amore, de Donizzeti. Cuentan las crónicas del Hoy de Badajoz que aquel acontecimiento musical lo presenció un exiguo aforo de ciudadanos anónimos. De hecho, ocho de cada diez personas que ocuparon el patio de butacas en el apoteósico estreno de Azagra eran enchufados de la Diputación que fueron llamados a aplaudir. A aplaudir mucho, como gusta en esa familia.

Las críticas que se hicieron fueron nefastas. El músico no remontó durante toda la velada. Llegó incluso a subir al escenario para recibir aplausos -de la gente enchufada- y no desde el foso, como hacen todos los directores de orquesta. El ego de los Sánchez es inabarcable. Esa fue la primera de las tres óperas que dirigió desde que, poco después de que su hermano ganara las primarias socialistas en 2017, fuera encaramado a la Coordinación de Conservatorios de la Diputación. Acababa de venir, con un pan debajo del brazo, de San Petersburgo, donde había cursado estudios musicales, al igual que hizo en Suiza y Estados Unidos. Ganas no le faltaban.

Después de la pandemia se casó y tras la baja paternal ya regresó con más honores en la pechera: fue nombrado jefe de Artes Escénicas, con una subida salarial del 13%. Sabemos que el contrato que firmó con el soldado socialista Gallardo carecía de firma electrónica que certificara que no había sido manipulado. Antes, como ha contado El Debate, fijó su residencia en Tailandia, cuya Embajada española en Bangkok le inscribió. No se sabe si fue la ancestral cultura asiática o qué, pero David logró por entonces multiplicar por 550 su fortuna hasta alcanzar los 1,7 millones en ahorrillos. Buda nunca descuida a sus devotos.

Como lo de trabajar sobre el terreno y pagar impuestos en la Arcadia feliz de su hermano era enojoso, David -con sus fracasos con la batuta como principal mérito- se compró un palacete en Elvas, Portugal, a 19,7 kilómetros de Badajoz, sin que tuviera permiso para teletrabajar; pero él había sido eximido de cumplir el reglamento laboral. Allí sigue su residencia fiscal, por lo que esta campaña de la renta que acaba de terminar en España no va a contar con la declaración de este patriota tan fraternal, como ha ocurrido desde hace tres años. Ni presentó declaración aquí en 2021, ni en 2022 y tampoco lo ha hecho en la de 2023. No está obligado, no es residente fiscal en España desde hace tres años.

A raíz de que la titular del juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz le empezara a investigar por malversación, prevaricación y tráfico de influencias, la Diputación le ha montado a toda prisa un despacho para que se pueda justificar ante la magistrada. Curiosamente, en su querida Elvas también blanqueó mordidas la pieza clave de la trama Koldo, Víctor de Aldama, muy amigo de su cuñada Begoña. Pero todo, como sostiene David, es fruto de la casualidad.

Érase una vez, un director de orquesta con una batuta mágica…

comentarios
tracking