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07 de agosto de 2024

Ojo avizorJuan Van-Halen

Quo vadis, Abascal?

Actualizada 01:30

Escribo sin conocer el desenlace. Hoy sí que le daré carnaza al coro de Vox para subir el diapasón de sus comentarios. Y eso que lo he hablado con mis amigos voxianos, que no son pocos ni irrelevantes, y me han dado la razón. No conozco un político que esté en sus cabales que comparta la decisión del sanedrín de un partido que lo que menos necesita es abrir interrogaciones sobre sí mismo. Como mi concepto de Abascal es positivo, le traté cuando llegó a Madrid después de servir a España y sufrir en su tierra vasca, tengo que pensar que se ha dejado llevar por extremistas de última hora que han tomado su partido como si fuese la sierra de Alcubierre en la Cruzada de Liberación. Sólo a radicales se les ocurre dejar el campo a los demás después de haberlo construido en comandita.

No hay que llegarse a Cervantes o al Refranero para saber que los extremos se tocan, que en política un quiebro estratégico puede acercarte y/o complacer a tus adversarios, incluso a tus enemigos. La decisión de los dirigentes de Vox que rompen compromisos de gobierno en cinco comunidades es un error estratégico de fondo que les alejará de sus votantes, que puede no ser entendido y romper el partido en algunas de las comunidades afectadas. ¿Entenderán su obligación de dimitir los consejeros de esas comunidades, con excelentes relaciones con sus compañeros y sus presidentes? ¿Para qué? ¿Por qué?

El problema de los menores inmigrantes, de la situación en Canarias, no es nuevo. Ni bueno. No se trata de inmigrantes ilegales sin más sino de menores. Tanto la UE como España tratan con singularidad a los menores. En nuestra legislación un menor no es responsable. Por humanidad, por solidaridad, por espíritu cristiano, resulta absurdo, y además nocivo mirando al futuro, considerar que no se les debe acoger. Así por las bravas. Vox coincide con nacionalistas vascos y catalanes. Otra cosa es que haya que ser duro con la inmigración ilegal. Si llegan a España, a un avión y a su casa. Con los menores hay que encontrar, desde el diálogo y la comprensión, una solución, pero no romper la baraja porque haya quien vaticine que todos serán peligrosos delincuentes. Cuando decides romper la baraja puede que al final la única baraja que se rompa sea la tuya.

El error de Vox comenzó en la campaña de las europeas. Cada día atacaba a la principal fuerza política de la derecha. ¿Supuso una apreciable cosecha de votos? Pues no. Despistó a los votantes. En las últimas generales Vox bajó 19 escaños y el PP subió 47. El siguiente error de bulto ha sido unirse al grupo de Orban en el Parlamento Europeo y abandonar el grupo de Meloni, sabiéndose que Orban es cercano a Putin al que acaba de visitar de nuevo en Moscú. ¿Una contradicción? Como tantas. Buxadé, el hombre de acero, acusa de ignominia que se diga que Vox se acerca a Putin a través de Orban. Para no acercarse ¿va a mantenerse en otra habitación cuando Orban venga de entrevistarse cordialmente con Putin?

Con machadas como el abandono de los gobiernos compartidos, Vox irá convirtiéndose en C´s, camino de la desaparición. Porque la posición en que queda el partido es de respiración asistida. Si a eso unimos que, pese a las acusaciones de Olona en su día, Vox se mantenía incólume en el plano económico, y ahora el Tribual de Cuentas le impone dos sanciones por infracciones muy graves de la Ley de Financiación de los Partidos Políticos, una de 183.324 euros y otra de 50.000.

Si abandona sus responsabilidades de gobierno, Vox quedará en la oposición en esas comunidades. ¿Se dedicará a poner palos en las ruedas? ¿Mociones de censura? ¿No apoyar Presupuestos? Para ello tendrían que votar con la izquierda, incluso con la extrema izquierda. Menudo papelón. Y lo que no controlan es la convocatoria de elecciones anticipadas. Deben recordar en qué acabaron las elecciones anticipadas en Madrid para los hasta entonces socios de gobierno de Ayuso que planeaban traicionarla. En ese camino caería el equipo dirigente de Vox. Podría poner varios ejemplos.

Como en todo en la vida el extremismo no es buena opción. Esta decisión de Vox que, lo vea él o no, es un gol metido a Abascal, le hace a uno comprender que Espinosa de los Monteros, aburrido, tirase la toalla, y la prisa que se dieron en quitarse de encima a Olona. Pero, pese a lo que muchos, pocos o algunos puedan creer, esos regates no gustan al pueblo soberano. Ni al votante. Abascal, cuídate y no te dejes engañar. Fíjate: todavía creo en aquel Santi Abascal que dejó el PP cuando el amigo Rajoy invitó al desalojo, embebido sólo en la agenda económica. Quo vadis, Abascal?

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