Ni se os ocurra tocar a Cake
Sería terrible que, además de contagiarnos el neobolivarianismo posmarxista, nos contagiaran las checas. Aunque bien pensado, lo primero lo llevaron allí unos profes españoles y lo segundo empezó en Madrid hace noventa años
Antes de desaparecer secuestrado por agentes de Maduro, mi amigo Cake Minuesa refirió amenazas y las atribuyó a «los amigos de Monedero». Amenazas cumplidas: «Vas a saber lo que es el chavismo, esto no es España». Los amigos de Monedero son bastante estúpidos, además de criminales. En primer lugar, Cake sabía perfectamente lo que es el chavismo, lo que no le ha impedido cruzar el charco y jugarse el tipo para hacer su trabajo inimitable, del mismo modo que saber lo que era la ETA no le impidió plantarse ante una piara de ex para preguntarles a la cara si se arrepentían. En un país donde los periodistas tienen miedo de exponer hechos palmarios para no molestar al comisario político de su redacción, el valor de Cake es monumental.
Yo espero que los amigos de Monedero a los que se refería Cake, y también los amigos de Zapatero, que son los mismos porque ese par comanda el lobby de la narcodictadura asesina, lo suelten pronto y sin rasguños. Sería terrible que, además de contagiarnos el neobolivarianismo posmarxista, nos contagiaran las checas. Aunque bien pensado, lo primero lo llevaron allí unos profes españoles y lo segundo empezó en Madrid hace noventa años. En la amenaza que Cake denunció (la de «esto no es España») late un conocimiento interno. Apesta a ultraizquierda española tratando de amedrentar a un hombre que quizá conozca el miedo, pero nadie lo diría. Apesta a miserables arrendando el aparato de represión de una autocracia sanguinaria. A alguien con información directa sobre la actitud insobornable de este periodista vetado en los medios principales, popular solo entre las gentes próximas a Vox.
De la autoría del secuestro de Cake no cabe duda; ha dejado testimonio escrito el diputado nacional Guniapa, presente cuando los agentes de la dictadura se llevaron a mi amigo de su hotel en la madrugada: «Hace minutos, en mi presencia, fue detenido por órganos de seguridad de la dictadura venezolana el periodista español @Cakealatake». Las elecciones que Cake fue a cubrir son una burla siniestra avalada por Zapatero y Maduro, el PSOE y Podemos. Las circunstancias de este nuevo fraude masivo, capaz de avergonzar a los más acreditados sinvergüenzas de su palo, permite barajar revueltas incontrolables para Maduro y sus grupos parapoliciales. Sin excluir movimientos militares. Ojalá eso no le coja a Cake en una celda socialista. Cuando vuelva a verlo, después de abrazarle, le haré la pregunta crucial: ¿te interrogó alguien con acento español?
Es desagradable, sí, pero hay que decir verdad: a despecho de los posados de aeropuerto, el PP actúa en Bruselas de la mano de los socialistas españoles que avalan a Maduro. González Pons ha preferido como vicepresidente del Parlamento Europeo a un ultraizquierdista de The Left, grupo que alberga a Podemos, antes que al exresponsable de Frontex. El cordón sanitario se lo dedican a Patriots for Europe. O eso creen, porque, tal como vienen las cosas, igual se lo han puesto a sí mismos.