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HorizonteRamón Pérez-Maura

No se equivoquen, Sánchez seguirá

Yo siempre me pregunto si se darán cuenta de lo que se debe reír Puigdemont, que se ha pasado cinco años de eurodiputado, viendo a España hacer el ridículo con esta reivindicación del catalán en la UE sólo porque él les obliga a hacerlo. Y Napoleonchu de pelele del prófugo. No tengo palabras

Actualizada 01:30

Me pasma seguir viendo, a estas alturas, que algunos creen que la exclusión de Junts en el proceso de constitución de Gobierno en Cataluña pueda crear problemas de estabilidad a Pedro Sánchez. Ni el más mínimo. Ya comprendo que soy repetitivo y esto lo he dicho un número de veces, pero nunca es suficiente. Aunque Puigemont pudiera sentirse traicionado, no tiene ningún arma en la mano para impedir que Sánchez siga en Moncloa.

Es posible que esta semana venga a España a buscar su detención, de la que lleva huyendo desde hace siete años. ¿Por qué lo haría? Porque le daría cinco minutos de gloria y porque sabe que Sánchez hará lo imposible por conseguir que esté en la calle cuanto antes. Si llevamos meses viendo a la Fiscalía actuar como el equipo de abogados defensores de Sánchez, para qué les cuento lo que puede ser el equipo de don Alvarone con Puigdemont.

En este punto no está de menos recordar lo que ha sido la actuación de Sánchez con el fugado en el último año. Todo lo ha hecho por agradarle, por complacerle. Primero se sacó del bolsillo a la socialista más catalanista del planeta para hacerla presidente de las Cortes. Francina Armengol ha hecho todo lo que estaba en su mano para complacer al prófugo. Introdujo el catalán -y las demás lenguas de España, pero lo único que de verdad contaba era en catalán- como lengua cooficial de las Cortes antes de modificar el Reglamento del Congreso de los Diputados. Con un par. Y después Sánchez ha hecho desperdiciar horas de esfuerzo necesariamente estériles a su ministro Napoleonchu, un siervo, un esclavo, su seguro servidor, dando la inútil batalla de convertir el catalán en una lengua oficial de la UE. Yo siempre me pregunto si se darán cuenta de lo que se debe reír Puigdemont, que se ha pasado cinco años de eurodiputado viendo a España hacer el ridículo con esta reivindicación del catalán sólo porque él les obliga a hacerlo. Y Napoleonchu de pelele del prófugo. No tengo palabras.

Quienes creen que el inmenso cabreo de Puigdemont por haberse quedado sin el cargo de presidente de la Generalidad podría llevarle a derribar a Sánchez deberían darse cuenta de que parte de la frustración del huido viene de que no tiene ni siquiera esa posibilidad. Como he dicho y repito en esta columna, Puigdemont no tiene la más mínima fuerza para derrocar a Sánchez. Podrá derrotarle todas las iniciativas legislativas que quiera, pero sus votos son inútiles para una moción de censura, única forma de despachar al presidente ocupa. Como sabemos, a él le da igual legislar o no. Su único objetivo es seguir en la Moncloa, Doñana, Lanzarote el falcon y todo lo que lo rodea. A los españoles, que nos zurzan.

Y poco a poco continúa nuestra deriva hacia el chavismo. O más que poco a poco, ahora ya vamos al trote. Y no hay lo que hay que tener para denunciar el fraude electoral de Maduro. No lo hay porque quien está dispuesto a hacer cualquier cosa por mantenerse en el poder también puede intentar lo de Maduro.

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