Una vez más, a usted le han mentido
El presidente del Gobierno había mentido cuando nos «informó» —es un decir, claro— de que el 5 de noviembre su Administración había solicitado las correspondientes ayudas al Fondo de Solidaridad de la UE con motivo de la catástrofe de la dana. Pues ni dana ni nada. Ni entonces ni todavía hoy
Las últimas horas han sido una cascada de noticias desconcertantes en cualquier Estado de derecho digno de ese nombre. La que más me ha llamado la atención es la de que la Comisión Europea ha informado a la alcaldesa de Valencia de que el presidente del Gobierno había mentido cuando nos «informó» —es un decir, claro— de que el 5 de noviembre su Administración había solicitado las correspondientes ayudas al Fondo de Solidaridad de la UE con motivo de la catástrofe de la dana. Pues ni dana ni nada. Ni entonces ni todavía hoy ha cursado el Gobierno de la nación las solicitudes de ayuda. Ya comprendo que las cosas son muy difíciles, pero mentirnos con tanto descaro nos hace sentir que nos toman por tontos de baba y capirote. Sin perdón.
Ahora resulta que el plazo para pedir esas ayudas concluye el próximo martes. Quiero pensar que antes de esa fecha estará hecho el trabajo de enumerar todos los daños habidos y la mentira que, una vez más perpetró Sánchez el 5 de noviembre, podrá mitigarse porque su Gobierno habrá hecho un inventariado exhaustivo de todos los perjuicios acumulados y se podrán reclamar esas ayudas. Habrá que verlo. Y máxime teniendo en cuenta que la presidente —en funciones— de la Comisión Europea estos días no es Úrsula von der Leyen, sino otra señora que conoce las interioridades de la dana mejor que nadie, Teresa Ribera, que el día de la tragedia era la ministra de medio ambiente y no hizo ni caso a lo que allí sucedió.
Pero oiga, la cascada de mentiras que nos llegan por todas las partes es abrumadora. Ayer a las cinco de la tarde en la portada de El Debate se podía leer que «La UCO detecta un ‘borrado masivo’ de correos electrónicos del hermano de Sánchez durante 37 meses». Ya supongo que eso no es necesariamente una ilegalidad porque si solo se trataba de borrar correos de infidelidades amorosas, estas no son delito. Máxime cuando no estás casado —hasta donde sabemos. «La Audiencia de Madrid respalda la querella de Vox contra Begoña Gómez» y eso se puede explicar porque seguro que los miembros de la Audiencia madrileña son todos uno fachas desorejados. Luego está lo de que «Sánchez aforó a su jefe de Gabinete antes de que el Supremo abriera causa contra el fiscal» y seguro que en esa iniciativa del presidente no influyó nada que el juez haya vinculado la filtración a la Presidencia del Gobierno en la que López era jefe de Gabinete. Nada, un detalle marginal.
Y después podemos sumar el que la mayoría gubernamental del Tribunal Constitucional acepte la recusación, a instancias del presidente Conde Pumpido, del magistrado José María Macías en las causas vinculadas a la amnistía. Y ello a pesar de que la causa para justificar la expulsión de Macías es la misma que no se admitió en la abstención de la magistrada Concepción Espejel. Esto no es doble rasero. Es mucho más. Y por no prolongar esto hasta el tedio para usted, querido lector, aportaré solo un titular más: «El fiscal del caso tributario del novio de Ayuso cambia de criterio y pide investigarle por corrupción en los negocios». Lo que hoy es blanco, mañana es negro.
Todo esto en una tarde de un día cualquiera. Pero aquí no pasa nada. El Gobierno nos asegura que está defendiendo el Estado de derecho y procurando acabar con las maledicencias y los bulos. Y una parte más que sustancial de la población parece tragárselo. Verdaderamente, me disculparán por insistir, pero no paramos de mejorar.