Cartas al director
Las arrugas y canas del presidente Sánchez
Decía mi abuela que las arrugas en la cara y las canas en el pelo, aparecidas de forma prematura y en pocos años, en una persona, más hombre que mujer, eran el fiel espejo de un alma atormentada. Estoy totalmente de acuerdo y no solamente como persona sino como médico, ya que, si estas no aparecen de una forma fisiológica o genética, la explicación más posible es el sufrimiento del alma, por las preocupaciones y el estrés.
Esta creo que es la principal razón de las canas y arrugas, cada vez más claras, del presidente del Gobierno de España. Una persona normal que en los últimos cinco años de su vida haya tenido los reveses que ha sufrido Pedro Sánchez:
A) Personales: expulsión del PSOE y mentir de una forma que abochornaría hasta a sus padres y que tiene en la hemeroteca su principal prueba.
B) Profesionales (críticas diarias de la prensa independiente, los informes de la Unión Europea y organismos internacionales colocando a España en los últimos lugares de la economía y sanidad tras la pandemia del coronavirus, los silbidos, abucheos e insultos de los ciudadanos en todo el territorio español, matar políticamente a quienes ya no necesita y le estorban, al más puro estilo Stalin y el Che Guevara (estos los mataban de verdad) e incluso «mata a sus sicarios», José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Iván Redondo, como recientemente ha dicho en un programa de TV, el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, y sobre todo aceptar el chantaje político continuo y progresivo de ERC, Bildu, Podemos dentro de España y de Marruecos fuera de España).
Supongo que, con estos reveses personales y profesionales, nuestro presidente estará preocupado y mucho (las canas no mienten, dice un proverbio popular) por su deseo infantil (es un niño hecho adulto por la política) de permanecer en la Moncloa, usando el Falcon y veraneando en la Mareta con sus amigos, al precio que sea, incluso vendiendo su alma al diablo. Bastaría este corto periodo de tiempo en estas circunstancias para cambiar el color de su pelo de negro a blanco y aparecer arrugas en su piel, a una persona normal. Pero no a una persona como Pedro Sánchez, ya que su irresponsabilidad psicopatológica le hace inmune temporalmente, por su inconciencia, a ciertos cambios que se notan en el cuerpo. Pero la naturaleza siempre ejerce su acción.
Cuando este personaje termina su jornada laboral y se va a la cama por las noches y se enfrenta solo a la realidad de sus actos, la naturaleza empieza a ejercer su implacable acción y lo primero que se le nota, de forma externa, es la aparición de las canas en el pelo y la aparición de las arrugas en la piel de la cara. Como las que ya tiene ahora. Como no se de mucha prisa en huir de España, se irá con el pelo blanco y la cara llena de arrugas. ¡Pobre hombre, pobre familia!