España les dolía

En unas declaraciones Pablo Iglesias, el comunista, confesaba que no creía ni en la bandera, ni en España, ni en la nación y menos en la Constitución.

Esta coleta sin montera fachosa afirma que «la identidad de España para la izquierda una vez que terminó la Guerra Civil está perdida». (Donde estaría él hace 80 años). Entre los delirios de hipocresía que realiza, está el afirmar que «ser patriota es defender los servicios públicos» y «ser español es defender los derechos sociales». Y acto seguido confiesa: «Pero yo no puedo decir España. Yo no puedo utilizar la bandera constitucional rojigualda». Y concluye a la pregunta de España como referencia; la respuesta es no. No hay nada que hacer. Perdimos la Guerra que provocamos.

Que este individuo que vive de los impuestos de los españoles no cree en España, ni en su bandera, ni en la nación, no debe de sorprender a nadie. Difícilmente se puede esperar decencia a quien alaba a terroristas como Otegi y apoya a sediciosos golpistas catalanes denigrando a quienes defienden la legalidad. No se puede esperar otra cosa de este aprendiz a dictador. Qué denigrante cuando afirma que su conducta se debe a que su ideología perdió la guerra. Semejante barbaridad es una mentira miserable. Este hipócrita farsante no habrá leído a intelectuales que fueron derrotados en esa guerra. Posiblemente esa derrota fue consecuencia de muchos ignorantes como él.

Algunos renunciaron al comunismo que tanto quiere este personajillo. Pero jamás ninguno renegó de España. Quienes cruzan el mar cambian de cielo pero no de alma. España les dolía en el exilio, en la distancia y en la derrota, pero la sentían palpitar en sus entrañas. Nunca renunciaron al título de español.

Quizá el problema de este izquierdista totalitario y rancio es que solo él tiene entrañas para destruir España, con guerras y sin guerras. Si llega al poder total impondrá el autoritarismo, o sea el comunismo, que es el fascismo del pobre. El poder busca en la historia, quien conoce la historia controla el futuro, para bien o para mal. Quien es capaz de inventarse una historia propia a costa de tergiversar la de España es capaz de cometer cualquier barbaridad…