Cartas al director
El silencio de los gritos
¿Queremos regresar al siglo XX, que con sus grandes guerras modificaron profundamente la geografía política de Europa, y conceptos y pensamientos?
La Gran Guerra del 14 al 18 dividió el Continente en dos bloques, uno el formado por Alemania-Austria-Hungría y otro comandado por Francia y Gran Bretaña, que fueron los triunfadores, los regímenes de la libertad frente a los de la opresión, el triunfo final de la virtud frente al mal. Sentenciando que la democracia representativa es el sistema menos malo de forma de gobierno.
Y ahí entró de nuevo la dictadura nacional del socialismo alemán, con los votos de la clase media, siempre la más castigada por las crisis, buena parte de Europa con partidos totalitarios mirando a Alemania. La solución a la crisis fue terrorífica y sangrienta. La Segunda Guerra Mundial con millones de muertos tanto en el frente como en la retaguardia. Los vencedores de la primera repitieron en la segunda, con el apoyo de los EE.UU. con su potencial económico y militar.
Y tuvieron que aceptar también al régimen de Stalin, el más tirano y asesino en la historia de la humanidad, esclavizando a Polonia, Bulgaria, Rumania, Checoslovaquia y media Alemania, Berlín con un muro partiendo la ciudad. Y asesinando a millones de rusos que no estaban de acuerdo con el ideal comunista. Les dieron la más cruel de las muertes, que se puede dar a un ser vivo, de hambre y de frio.
Este régimen que tanto les gusta a estos «progres» de tanto progreso o retroceso, que se indignan con la derecha a la que acusan de todos los males que se han cometido en la historia de la humanidad. Y callan con una hipocresía vergonzante ante los genocidios que cometieron Stalin en Rusia, Mao en China o Pol Pot en Camboya. Y ahora Putin en Ucrania. Estos sí que son genocidas y no como suele hacer la progresía andante, quitar legitimidad a regímenes democráticos que han nacido tras la desaparición de dictaduras criminales. De un color y de otro.
Los falsos políticos de izquierdas que quieren marcar el ritmo ideológico de pensamiento único, silenciando lo que ocurrió al otro lado del Muro de Berlín, «que algunos tanto añoran». Al grito de la libertad. Y con todos estos silencios, ¿Queremos volver al siglo XX de la primera parte, o los gritos de la segunda?…