Cartas al director
Compraventa de embriones humanos
Parece ser que Paris Hilton ha reconocido sin ninguna vergüenza que tiene nada menos que veinte embriones suyos congelados, veinte hijos. El problema es que no le interesan porque todos son masculinos y ella quiere una niña. Así que se ha gastado ingentes cantidades de dinero en crear unos niños que no van a tener la oportunidad de venir al mundo, a no ser que los done en adopción, y no creo que lo haga. Más probable es que los entregue a la investigación.
Cada vez que pienso en los millones ya de seres humanos que aguardan en congeladores que alguien decida qué hacer con ellos, pienso que la humanidad no tiene ya perdón. Porque me da igual si son tres células o cinco, el caso es que tienen la potencialidad de convertirse en personas como nosotros. Pero no son fruto del amor, ni siquiera de las relaciones personales. Son productos de laboratorio creados con fines egoístas para satisfacer una carencia.
Experimentos con los que no tienen el menor reparo en estudiar enfermedades manipulándolos a menudo hasta su propia destrucción. Mientras otros pasan décadas esperando hasta que ya no son viables. Entonces llega el momento en que los científicos ya no saben qué hacer con ellos. Ahora han conseguido desarrollar uno in vitro, de manera que su futuro es todavía más sombrío. No quiero ni pensar lo que puede ser de ellos.
En principio, como suele suceder, eso tenía su sentido porque era para ayudar a las parejas estériles. Pero nunca se debió permitir que crearan más embriones de los que iban a implantar. De este modo dieron los primeros pasos hacia la eugenesia, hacia la selección humana de los mejores y el descarte del resto. Paris Hilton no parece tener problemas de conciencia al acordarse de los veinte niños que tiene en el congelador. Creo que hemos perdido lo que nos quedaba de humanidad.