Cartas al director
Pedro «Corleone»
La obra de Mario Puzo y llevada al cine El Padrino relata la famosa frase de Vito Corleone a Bonasera:
«Pero ahora vienes a mí a decir: 'Don Corleone, pido justicia', y pides sin ningún respeto, no como un amigo y ni siquiera me llamas Padrino.»
Y don Vito apretó su mandíbula inferior y frunció el ceño.
Últimamente he observado que el actor español «Peri Corleone» cuando asiste al Parlamento y la oposición discrepa de su show. Aprieta la mandíbula y chulescamente levanta las cejas haciendo que con su boli apunta.
«Peri Corleone» no asiste a los premios Cervantes. El pueblo le abuchea y sabe que no puede pisar las calles de España. Asiste en Falcon y coches oficiales a los cerrados mítines, a jugar a la petanca, a casas de jóvenes, a librerías a comprar libros. Sus actores extras, que seguramente cobran por ello, no le llaman padrino.
Pasará a la historia por ser el presidente de España que en campaña electoral utiliza medios gubernamentales y que no hay ningún rincón de la nación española por la que pueda pasear por las calles y abrazarse a la gente recibiendo abrazos.
Los palmeros del «mitómano» hacen declaraciones de objetivo cumplido por «haber exhumado» a José Antonio Primo de Rivera. ¡Falso!
Ha sido la familia la que ha retirado del Valle de los Caídos los restos del fundador de la falange. Justo el día que José Antonio hubiera cumplido 120 años, pero fue asesinado por el comunismo con 33 años.
Por hoy hasta aquí puedo escribir...
Que Dios nos coja confesados.