El dictadorzuelo Pedro el desenterrador

Pasa el tiempo y los españoles cada día se dan más cuenta de la clase de gobernante que tenemos y su deficiente calidad democrática y humana. No es solo su inutilidad para desempeñar el cargo que le hemos encomendado, también su depravación, el desprecio por nuestro país y el irrefrenable afán de colaboración con aquellos que quieren acabar con España.

Decían en L2D, el «cadáver» de Sánchez y su afición a profanar las tumbas. El uso de estas para desenterrar a algún personaje que fue más importante que él, cada vez que hay elecciones, para intentar rascar un puñado de votos, es una política desesperada de quien ya se sabe con un pie dentro de su ataúd político. Espero que para las siguientes elecciones este nefasto político ya no esté en listas, pues podía llegar a desenterrar todos los cementerios. Profanar tumbas para hacer política es una canallada propia de políticos indecentes.

No es preciso recordar al lector la actitud totalitaria del impostor Sánchez que asume la colonización de todas las instituciones del Estado, al objeto de ejercer de caudillo y jefe supremo de todas ellas para lograr que nadie le tosa, incluso ha abordado la justicia con el fin de que no impidan sus leyes ideológicas y maquiavélicas. Es el principal opositor de la oposición, a quienes ofende sin freno, con su dialéctica abundante y castrista, su verborrea siempre embustera, y su habilidad para enfangar cualquier asunto que se debata, con un talante altanero y cobarde.