Cartas al director
Ahora toca austeridad
La televisión saca sus cámaras a la calle para saber cómo los españoles afrontamos las vacaciones. Con ese recurso no se puede esperar un diagnóstico fiable, porque solo se pregunta a media docena de personas, cantidad que no conmueve ni a la cocina mágica del señor Tezanos. Pero la televisión tiene tanta fuerza que el criterio de un solo ciudadano puede ser elevado a la categoría de estado de opinión.
Así que, según el estado de opinión recogido o fabricado en las televisiones, la perspectiva vacacional de este país es la siguiente: los ciudadanos se disponen a disfrutar su merecido descanso, con una conclusión negativa, los precios de transporte, alquileres, hoteles, u otros tipos de alojamientos, restaurantes y otros pecados de la inflación imponen unas vacaciones marcadas por la austeridad. Así que, si la información fuese objetiva, la situación sería de euforia en la parte empresarial y pesimismo en quienes tenemos que pagar; el turismo interior está dejando de ser un gozo generalizado y empieza a ser un privilegio de quienes disponen de dinero para disfrutarlo; sin embargo, los restaurantes están a tope, las reservas hoteleras baten récords y en las poblaciones turísticas no habrá donde aparcar desde la semana que viene. Cuando se haga balance de la temporada, se destacará el magnífico nivel de ocupación, el turismo volverá a ser la primera industria nacional y, como todo eso es verdad, yo me empiezo a preguntar por qué tanta gente se muestra tan negativa ante una cámara de televisión y por qué son tan distintas las realidades empresariales y las que expresa el consumidor. Dicho de otra forma: ¿cuál de esas dos Españas es la más real? Seguramente las dos.