Cartas al director
Votar un día como ayer
No todas las personas mayores pueden levantarse temprano para votar. He contemplado en una ciudad, que no es de las que sufre más calor en verano, a personas de avanzada edad entrando y saliendo de los colegios electorales, hombres y mujeres renqueantes, solas o ayudadas por familiares, sillas de rueda, muletas, sudores... Tráfico colapsado en muchas carreteras, que aumentan el riesgo de accidentes con tantos automóviles en movimiento. ¿Era tan necesario y tan urgente poner una jornada electoral un 23 de julio? Sólo a un alucinado, persona fría y calculadora, que únicamente ha tenido en cuenta sus intereses políticos y soberbias ambiciones de poder, se le ocurre elegir en el calendario una fecha vacacional y de tan previsible de calor sofocante.