Cartas al director
Más que división, unión
El futuro de la gobernación en España es muy oscuro, porque si una de las dos Españas va a helarte el corazón, como en la premonición machadiana, hay pocas esperanzas de que en nuestra querida patria la balanza se decante a un lado o al otro, porque si por pactos antinatura se puede trajinar el poder para un momento, es pan para hoy y hambre para mañana, especialmente porque al panal de rica miel de la política se apuntan muchos con el único y justificable fin de comer. Son pocos los que, en lenguaje futbolero, sienten los colores, y los corrimientos a un lado o a otro es cuestión de interés personal en función de las perspectivas. Son las cúpulas de los partidos quienes diseñan las ideas que han de defender en función de las bolsas de votos que puedan coger. Las únicas ideas no contaminadas son las del electorado. De ahí que los intereses de los líderes se mueven en función de las necesidades ciudadanas, pero éstas, en muchas ocasiones, son alentadas por los partidos. De ahí lo oportuno que resulta la aparición de un líder que arrastre, independientemente de las ideologías. Feijóo se ha manifestado un buen parlamentario, pero un líder, además, debe estar dotado de buenos conocimientos de la cosa pública, y estar comprometido con la libertad y la justicia. Los españoles debiéramos preocuparnos de unir y no separar, y tener la seguridad de que la unión hace la fuerza.