Ya no vale el disimulo

En todo los partidos hay gente que se ocupa del trabajo sucio, personas a las que su jefe les dice que parezca un accidente y ellos se vuelcan en que lo parezca. En este PSOE das una patada y te salen dos fontaneros como los de la foto, que publicaron en varios periódicos, grises deshollinadores dispuestos a mancharse las manos por los cargos que reparte Pedro Sánchez. El de las gafas responde al nombre de Óscar López. El otro, al de Santos Cerdán. Oh, ironía, Santos fue el elegido por donde dije Pedro para ir a Bruselas a hablar con el diablo, fugado de la Justicia en un maletero de un coche, ahora reencarnado gracias a la aritmética electoral en «president Puigdemont». Quién sabe si en este instante del día después el hombre sigue cerrando flecos con el santo súbito Carles en plan «como si pides bonos del Tesoro, te lo vamos a dar todo». Donde dije Pedro pretende que su investidura parezca un accidente para salvar España, evitando el gobierno PP-Vox ,pero no hay que ser del CNI para ver que esto, ahora mismo, lo que políticamente parece es un crimen, del que algún día esperemos puedan rendir cuentas ante la Ley. Bonito papel representaron esta pandilla no asistiendo al acto institucional más importante de este año, pero a la hora de cobrar del presupuesto del Estado bien que ponen la mano.