La amnistía

Creo necesario aclarar de una vez los beneficios de la amnistía. La amnistía es buena para que Pedro Sánchez pueda seguir viviendo en la Moncloa, buena para que siga usando el Falcon que tanto le gusta, muy buena para su mujer Begoña que anda muy bien de servicio y buena para que Pedro continúe mintiendo a los españoles un día sí y el otro también.

La amnistía es buena para los miembros del Gobierno, buena para Susana Díaz que jamás pensó que podría llegar a ser ministra y no dar explicaciones del dinero que gana ni del que se gasta en sus caprichos mientras viaja por el mundo. Buena para Marlaska, el peor y más sectario ministro de Interior de la historia y que, juez de profesión, jamás imagino en que mintiendo descaradamente permanecería fuera del juicio de sus compañeros. Buena para Oscar Puente que dejó de hacer el ganso como alcalde de Valladolid por voluntad de los lo ciudadanos. Buena, en fin, para Bolaños, un ministro del que la mayoría de los españoles no sabemos que hace ahí, excepto cuando sale por televisión mintiendo como un bellaco.

La amnistía es buenísima para todos los militantes del partido que como el Tito Beni disfrutan de sueldos, privilegios, sustancias poco saludables y prostitutas sin reparar en gastos.

La lista de las virtudes de la amnistía es larga y tediosa pero todos los españoles de derechas o izquierda conocemos perfectamente que con ella Sánchez consiguió esos siete votos tan ansiados para continuar su incansable trabajo en destruir definitivamente España.